Aunque en principio el pleno
extraordinario de hoy no deba revestir mayor importancia, ya
que los asuntos a debatir dan la impresión que son de puro
trátime, es casi seguro que el enfrentamiento verbal está
garantizado, sobre todo en lo referente a la propuesta para
la modificación de la base 19 de ejecución del Presupuesto
de la Ciudad. Una cláusula que obligaba a la Administración
a sacar a concurso todos los gastos públicos superiores a
quinientos euros.
Los posicionamientos tanto de socialistas como de Caballas
están claramente definidos, y mientras los primeros ya han
anunciado que apoyarán con condiciones la propuesta, los
segundos están muy indignados con el asunto y pretenden,
incluso, ilegalizar la Comisión Informativa en la que el
consejero de Hacienda dio a conocer la modificación.
El cambio de la base 19 va a propiciar que se lleve a cabo
una invitación de la Administración para que las empresas
del sector sobre el que se produzca la licitación puedan
presentar sus ofertas económicas en el plazo de cinco días y
elegir de esa manera la que resulte más interesante para las
arcas públicas.
Se habla de ofertas tanto para obras como para suministros y
es aquí donde salta la pregunta si sería viable que la
Ciudad contara con una central del compras, organismo que
sería el que prepararía las demandas de necesidades, sobre
todo en los suministros.
¿Y porqué esta idea?, pues por la sencilla razón que
actualmente en la Administración ceutí en el asunto de los
suministros cada consejería anda por su cuenta. ¿No sería
más factible, e incluso más económico, que fuese un
organismo el encargado, por citar un ejemplo, de sacar y
diligenciar las compras de los uniformes y materiales de la
Policía Local sencillamente comprar los folios de papel que
necesita cada departamento?
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