El servicio de Correos se ha
vuelto imprescindible en la sociedad moderna. A pesar de que
las cartas se han sustituido por e-mails y que cada vez son
menos las misivas que se mandan, los ciudadanos siguen
confiando en este medio de envío para hacer llegar sus
paquetes. Además, esta es la vía por la que se reciben
habitualmente notificaciones y cartas oficiales. En
definitiva, no se concibe una sociedad sin el correo y, más
concretamente, una sociedad ceutí sin correo. Y es que, en
la ciudad, Correos se ha vuelto un servicio fundamental que
ayuda a paliar la separación de la península. La escasez de
algunos productos hace que este medio sea el más accesible
para que los ciudadanos reciban todo tipo de cosas. Además,
son muchas las personas que al contar con familiares fuera
de la ciudad se valen de Correos para mandar paquetes. Por
eso, la saturación del servicio se ha dejado sentir sobre
todo en Navidad, cuando decenas de ceutíes se quedaron sin
recibir sus paquetes. Además, el DUA, para pasar la aduana,
se ha convertido en un obstáculo que poco ayuda a que
Correos funcione mejor. Por eso, son muchos los ceutíes que
ya han mostrado su hartazgo. Este perjuicio se une a la ya
larga lista de handicaps que tiene vivir en Ceuta y los
ciudadanos no tienen por qué soportarlo. Los ceutíes se
merecen un servicio postal que funcione, que cumpla los
plazos, que se ágil y de calidad. Algo que a día de hoy no
se da. Los sindicatos, concretamente CCOO, asegura que es
por la falta de plantilla y es verdad cómo el ciudadano de a
pie ve menos a los carteros, sobre todo en las barriadas de
la periferia. Ante esto, es necesario reivindicar más
calidad, más agilidad, en definitiva, más atención para que
los ciudadanos no tengan que soportar un nuevo perjuicio, el
de no contar con un hilo umbilical fuerte con la península a
través del correo.
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