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Que la mejor, y más abundante,
materia prima que tiene Ceuta es el mar, parece algo
incuestionable. Sin embargo, pocas acciones concretas se
encaminan a explotar este recurso que podría llevar a la
economía ceutí por un camino de mayor prosperidad. Desde
hace varios años la Estación Náutica está trabajando para
que el nombre de Ceuta comience a sonar en los círculos de
deporte náutico. Unos círculos en los que, es importante
recordarlo, se mueve mucho dinero. Para ello han traído a la
ciudad iniciativas como la vuelta en kayak nocturna, un
concurso de motos de agua o regatas que van situando a Ceuta
en un mapa en el que hasta ahora se encontraba desaparecida.
Además, han sido muchas las actividades dirigidas también a
los propios ceutíes para que estos miren al mar y aprovechen
las actividades que les ofrece. Un trabajo necesario para
que los propios ceutíes descubran qué oportunidades les
puede ofrecer el mar, a nivel de ocio, pero también de
negocio. No obstante, de nada sirve esta labor si luego
aspectos como el de instalar una rampa de acceso al mar para
pequeñas embarcaciones se topan con un muro de cemento. Y es
que, más allá de la lucha sobre quién se debe llevar el
mérito de reivindicar esta plataforma, es importante
recordar que no existe y que son muchas las personas que
cuentan con embarcaciones pequeñas y no cuentan con esta
facilidad. Personas de nivel adquisitivo moderado, pero que
también ayudan a que Ceuta mire al mar. Para lograr eso,
habrá que dejar de mirar intereses propios y comenzar a ver
los comunes, iniciar una lucha conjunta y con los objetivos
muy claros. Y es que, hasta ahora la ciudad sigue viviendo
de espaldas al mar, aunque poco a poco son más los que se
van dando cuenta y se dan la vuelta.
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OPINIÓN / EDITORIAL
