La Consejería de Sanidad y Consumo ha clausurado sendos
cursos de prevención de las drogodependencias en el ámbito
familiar dirigidos a padres de los colegios Príncipe Felipe
y Reina Sofía. Ambas acciones formativas se encuadran en un
programa estructurado y continuado en el que participan
numerosos centros educativos de nuestra ciudad. Los dos
últimos, que han sumado 75 asistentes, los han impartido las
técnicas especialistas en drogodependencias de la Consejería
Lola Naranjo y María del Mar Rosado y en marzo habrá una
acción similar con nuevos contenidos en los mismos centros.
Desde el Área de Prevención del Plan Sobre Drogas y otras
Conductas Adictivas de la Consejería de Sanidad y Consumo
explican que la familia es de gran importancia en la
prevención porque en su seno se dan las bases de la
educación y de la formación de la personalidad de los hijos
y porque desde ahí se establecen las relaciones con el
exterior. Por eso estas intervenciones con los padres de los
escolares. El objetivo es formar, educar y asesorar a los
padres para que potencien en sus hijos el desarrollo de una
personalidad que les sirva para afrontar situaciones de
riesgo frente al consumo de drogas.
Los cursos impartidos en los colegios Príncipe Felipe y
Reina Sofía han servido para acercar a los padres el Plan
Sobre Drogas y otras Conductas Adictivas de la Ciudad y los
recursos de que se dispone en ese ámbito. Además, las
técnicas especialistas les han explicado conceptos básicos
como qué son las drogas, la dependencia, el síndrome de
abstinencia, las diferencias entre uso y abuso, los
diferentes tipos de consumo, los mitos y prejuicios sobre
drogas y las diferentes sustancias y efectos que tienen
sobre el organismo. Dentro de estas acciones formativas, el
tabaco merece un renglón aparte, como también el alcohol y
el cannabis y sus derivados.
¿Cómo prevenir las drogodependencias desde la familia? Esta
es una de las grandes preguntas a las que se da respuesta en
estos cursos, de los que los progenitores y tutores de los
estudiantes se van con material informativo sobre aquello
que les explican. En cuanto a la respuesta a la cuestión
planteada, se aborda la importancia de establecer límites y
normas, dar ejemplo, comunicarse, tratar el tema de las
drogas y, en definitiva, educar para el ocio.
Para las formadoras, ambos cursos han supuesto una
experiencia “muy gratificante” y el nivel de satisfacción es
“muy alto”. “Han sido dos grupos con un alto grado de
curiosidad y una enorme capacidad para la reflexión y la
crítica y han mostrado una buena disposición para la
adopción de hábitos saludables”, resumen Naranjo y Rosado.
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