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OPINIÓN - VIERNES, 13 DE FEBRERO DE 2015

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

Todos los extranjeros que nos llegan desde distintos países a España, intentan imponernos sus costumbre y sus tradiciones, mientras nosotros dando, una vez más, muestra de nuestro quijotismo le apoyamos a que así sea, olvidándonos de nuestras costumbres y nuestras tradiciones, sin darnos cuentas de que aquel pueblo que olvida sus costumbres y sus tradiciones, termina siendo un pueblo sin historia, que sólo puede contar las historias de aquellos que nos llegaron desde distintos países. Así nos crece el pelo.

Cuando nos volvimos a reencontrar con los carnavales, aquellos pioneros que los iniciamos, lo hicimos con más entusiasmo que conocimientos. Sólo basándonos en los que nos habían contado nuestros padres, de aquellos carnavales que se celebraban en nuestra tierra en su época y que, al parecer, según nos contaban, eran famosos.

Con esos escasos conocimientos, un gran entusiasmo y un enorme deseo de devolver a esta tierra nuestros carnavales, nos pusimos manos a la obra y a fe que conseguimos, con el paso de los años, alcanzar un éxito y una calidad en los mismo que jamás hubiésemos soñados, aquellos pioneros de esos carnavales que sólo los iniciamos con todo el entusiasmo del mundo.

A cada año que pasaba, aumentaba el número de comparsas y chirigotas que participaban en nuestros carnavales, dándoles una mayor calidad y un gran prestigio. Haciendo que el pueblo entero se incorporase a eso carnavales, en aquellas cabalgatas donde la cabeza se comía la cola, de tantas personas, todas disfrazadas que participan en la misma.

Y cuando mayor era el auge de aquellos carnavales, apareció un concejal de festejos de tristes recuerdos que acabó con los mismos, al dejar sin participar a las comparsas y chirigotas infantiles. De un plumazo, este “genio” de festejos, había acabado con la semilla de los carnavales.

Pues de aquellos niños saldrían, más tardes, los jóvenes que se incorporarían a las distintas comparsas y chirigotas, haciendo no dejar de morir los carnavales, que tanto trabajo costaron volver a darle vida, en esta tierra

Total, que estamos acabando con otra de nuestras tradiciones, que si nadie lo remedia se va al garete, motivada por el cansancio de unos, otros a los que han aburrido poniéndole todas las trabas del mundo mundial y la desidia de otros, que no hacen nada por mantener vivo nuestros carnavales.

Como uno de los pioneros que iniciamos nuestros carnavales, con más entusiasmo que conocimientos, me duele en el alma que se vayan a perder una de nuestras tradiciones, que tanto trabajo costó volverlos a traer. Auque a todos aquellos que los iniciamos nos quede el orgullo de haber contribuido a hacer unos carnavales que, cada año, conseguían aumentar su éxito.

Sólo queda, par salvarlos, crear una asociación o Federación de carnaval, en la que sólo intervengan los carnavaleros, sin que nadie les ponga cortapisa alguna y, mucho menos censurar ninguna de sus letrillas. Pues esto es, simple y llanamente CARNAVAL. Y al que no le guste, “ajo y agua”. ¿O no?
 

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