Eso es lo que parece que hay hoy
entre Marruecos y España, con lo que situaciones que nos
podrían perjudicar o ser incómodas para ambas partes, si
desde el otro lado de la frontera volvieran la espalda, al
afrontarlas de frente, nada nos van a molestar, más bien nos
pueden favorecer y mucho.
Y digo esto, porque Ceuta y Melilla, particularmente, se
pueden ver liberadas de la amenaza constante que suponen los
que intentan ser inmigrantes ilegales, si es que Rabat
desmantela los campamentos de esos inmigrantes, junto a
Ceuta y Melilla.
No me cabe la menor duda de que eso nos puede costar algo,
no sé cuanto, ni tampoco me interesa, pero lo que sí me
interesa es que ese constante “goteo” de gentes que se van
colando, o esas multitudes que amenazan con entrar a la
fuerza, no van a estar ahí al lado, acechando el mejor
momento para entrar.
Hace un par de días que Marruecos, su Gobierno, ha anunciado
que está dispuesto para desmantelar todos esos campamentos
ilegales de unos inmigrantes que están atentos para ver cual
es el momento más oportuno para entrar a Ceuta o a Melilla.
Y es que para Ceuta o para Melilla estos inmigrantes son una
carga, un peso muy difícil de sostener, pero el
establecimiento de esos campamentos, tampoco, a Marruecos le
aportan anda positivo, más bien causan daños, destruyen
bosques y no son unos vecinos cómodos para nadie, ni de día,
ni de noche.
Y esos desmantelamientos, la cosa va en serio, no parece que
estén proyectados para un día futuro que no se sabe cuando
llegará. No parece que sea esa la idea de Marruecos, por
cuanto Charki Drais ha manifestado que tal desmantelamiento
se hará en una fecha muy próxima, sin haber matizado más
este hecho.
La noticia, si en toda España ha calado muy favorablemente,
en Ceuta tiene que haber sentado mucho mejor y otro tanto
habrá sucedido en Melilla, aunque oficialmente, todavía, no
he visto, ni he oído, algo relacionado con todo ello.
Y las cosas hay que verlas como son, con lo que si Marruecos
establece ahí un corte, un “muro” infranqueable, la presión
migratoria por esos dominios se habrá reducido casi a la
nada, al menos para las dos ciudades autonómicas.
Ahora bien, y que nadie se llame a engaño, si ese camino se
cierra total o parcialmente, que nadie piense que eso ya se
ha acabado, porque ciertas redes que son las que manejan
todos estos problemas de la inmigración ilegal, que son los
que están haciendo su verdadero agosto, ya comenzarán a
abrir nuevas rutas, más difíciles y costosas, es cierto,
pero los inmigrantes seguirán llegando a la Europa del Sur.
Son las modernas invasiones, atrás quedaron, hace siglos las
del Norte hacia el Sur, buscando mejor clima, buscando mejor
organización sociopolítica y tratando de hacerse con lo
mejor que tuvieran en esos terrenos conquistados.
Hoy, esos territorios que proporcionaron riquezas a los
expoliadores, siguen como hace tres o cuatro siglos, con
producciones para unos cuantos, muy pocos, con sistemas
“esclavistas” y mirando siempre al Edén que puede ser Europa
hoy.
Ahora mismo, especialmente tras las descolonizaciones que
fueron un desastre, lo que queda a aquellas gentes, a la
mayoría de ellas, es buscar unas tierras mejores para ellos,
porque en su territorio todo les está vedado. Y Europa que
tan mala gestión hizo en las descolonizaciones debe ser la
que dé más soluciones, pero no abriendo ciertas fronteras
que proporcionen problemas donde no los hay.
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