Los ciudadanos de Ceuta, vemos cada semana como el Gobierno
de nuestra ciudad cambia decisiones según actuaciones
judiciales, criticas de los ciudadanos, encuestas de
intención de voto y un largo recital de acontecimientos que
van surgiendo en nuestra ciudad. El caos del desgobierno a
que nos tiene sometido el Gobierno de Ceuta, llega a tal
irresponsabilidad que cierra fundaciones después de cinco
años de vida, que propone puesto de gerentes que aplazan
para después de las elecciones por malestar general de los
ciudadanos, que anulan expedientes de expropiación por miedo
a las denuncias realizadas por los ciudadanos y empresas
perjudicados por un Gobierno inmerso el el caos y la
desesperación, que no sabe como seguir gobernando una ciudad
que sobrevive como barco llevado por la corriente sin timón
ni capitán que lo gobierne, sujeto a gobernar en la
improvisación y lo que surja en el momento adecuado, ya que
no existe planificación, ni programa, ni políticas de
futuro, solo se dedican a improvisar cada día para seguir
sentados en sus sillones, esperando a mayo para ver a
cuantos ciudadanos vuelven a engañar para continuar cuatro
años más empobreciendo y castigando a una ciudad que no se
merece el desprecio, el caos y el desgobierno a que nos
tienen sometidos.
En los últimos años los partidos políticos han perdido la
credibilidad, mayormente por el caos y el desgobierno que
han caído sus lideres. Ya es grave que un Ayuntamiento como
el de Ceuta, acumule una deuda insoportable y asfixiante,
que crece día tras día y se refinancia tiempo a tiempo, con
más costes y más apreturas. Ya es grave que se encaramen a
los entresijos del poder personajillos de nulas
trayectorias, ínfimas capacidades e irrisorias
cualificaciones, que andan, cual nuevos validos de los
antiguos reyes, manejando sin legitimidad alguna resortes de
mando y oficiando de consejeros áulicos de quienes ostentan
el poder por legitimidad democrática, pero lo ejercen y lo
practican entre anónimos asesores, en una pirueta nada
democrática.
Desde la aprobación de nuestra Carta Magna y, por lo tanto,
desde el inicio del periodo democrático en nuestro país, los
poderes públicos se han visto sometidos a los principios
constitucionales previstos en la Constitución Española,
siendo algunos de los más significativos los previstos en
sus artículos 9.3 y 103. De entre éstos, destacan, por su
importante relación con los ciudadanos, los relativos a la
seguridad jurídica, la interdicción de la arbitrariedad de
los poderes públicos, así como la obligación de la
Administración Pública de servir con objetividad a los
intereses generales y de actuar de conformidad con los
principios de eficacia, jerarquía, descentralización,
desconcentración, coordinación y pleno sometimiento a la ley
y al Derecho.
Es hora de exigir la transparencia administrativa y la
sanción al desgobierno, las situaciones que nos esta tocando
vivir en nuestra ciudad, demuestran cada día, que estamos
siendo gobernados sin criterio ni responsabilidad, donde el
caer gracioso al político de turno, es sinónimo de
beneficios políticos. Mientras el trabajo, la
responsabilidad, la seriedad y una larga lista de cualidades
que deberían ser fundamentales para el trabajo con la
administración local, son rechazadas por la simple opinión
del político que no le cae simpático. Mientra los criterios
para gobernar esta ciudad estén sujetos al caos y al
desgobierno, nuestra ciudad no podrá avanzar ni construir un
futuro para las nuevas generaciones.
En muy poco tiempo, podremos comenzar a leer las listas
electorales de los partidos políticos que se presentaran en
el mes de mayo a las elecciones a la Ciudad de Ceuta, para
dirigir el destino de nuestra ciudad cuatro años más.
Veremos una vez más, a esos políticos que nos llevan cuatro
años engañándonos intentar convencernos con sonorizas
falsas, saludos viperinos y frases envenenadas, para que
volvamos a depositar nuestra confianza en ellos, y de esa
forma sigan agarrados a sus sillones como garrapatas cuatro
años más de caos y desgobierno, donde el final de la
historia esta ya escrito, solo quieren aguantar una
legislatura más para que llegue la jubilación desde el
sillón, y marcharse a su casa dejando una ciudad endeudada y
sin futuro para las generaciones futuras.
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