Durante la presente semana, del 2
al 8 de febrero, la infernal reinante climatología, como
consecuencias de la aguda ola de frío, nieve y lluvia... ha
provocado desbordamientos de ríos con inundaciones, atascos,
cortes de luz, aislamientos, retenciones y colosales caos en
gran parte de las principales y secundarias redes viarias de
comunicación, así como en los núcleos poblaciones menores y
mayores de gran parte del territorio nacional. Habiendo sido
necesaria la intervención hasta de brigadas militares de
emergencias, para auxiliar a las muchas provincias
afectadas.
Las diferentes imágenes y estampas emitidas por los
distintos canales de televisión, son evidentísimo que,
dependiendo de la objetividad con la que se observen, sufran
o disfruten distan una barbaridad las unas de las otras,
porque son maravillosas las estampas nevadas y polares
congeladas. Y, por el contrario, es mucho el daño que han
producido esos temporales en el campo y en otros sectores
productivos del país, como, por ejemplo, la pesca al
quedarse la flota amarrada a puerto sin poder salir a
faenar.
“Una vergüenza de país y de Gobierno”, criticaban a las
cámaras al ser entrevistados transportistas y automovilistas
que quedaron inmovilizados, no pudiendo llegar a sus lugares
de destinos. Teniéndose que suspender las clases de colegios
cercados por mucho más de un metro y dos de nieve. Siendo
peligrosísimo para los viandantes poder caminar sin dar con
los huesos en el suelo, como consecuencias de las placas de
hielo que se formaban en los gélidos puntos de la geografía.
Habiendo tenido que ser atendidos muchos pacientes en
centros sanitarios, como consecuencias de las fracturas
óseas sufridas en las caídas.
Esta siberiana climatología, es lo que le faltaba a la
sanidad pública española, para afrontar tanta demanda en
centros hospitalarios. Encontrándose las urgencias y los
pasillos totalmente colapsados como consecuencias, además,
de la gripe y de otras enfermedades o virus propios de estos
periodos invernales. Siendo la actitud política para
afrontar estos y otros casos de emergencia nacional una
asignatura, aún, a aprender por ellos y no por la ciudadanía
pagana y contributiva, la que sufre y padece sus muchas
ineptitudes e incoherencias políticas. Pero, sin embargo,
otra postura muy positivista es la de los profesionales de
la sanidad pública, a pesar de los recortes sufridos en
todos los sentidos, hasta con cierres de plantas por falta
de personal o de otras índoles. Como puede ser el caso del
Hospital Punta Europa de Algeciras, donde los profesionales
realizan sus funciones con la máxima dignidad y
responsabilidad, a pesar de las adversas circunstancias que
se encentran, que no favorecen a sus abnegadas labores.
Hospital, en el que se encuentra el párroco sin percibir sus
emolumentos en los dos últimos meses. Mereciéndose todos mis
respetos a igual que el cura de Pescadores, al dedicarse en
cuerpo y alma a los enfermos y pobres. Entregando a los
necesitados algecireños hasta el dinero de sus nóminas para
que no les corten la luz o el agua etc. Por tanto, como “lo
cortés no quita lo valiente”, no son contradictorios mis
reconocimientos a esos religiosos, por mi demostrada acritud
contra la Iglesia por sus muchas atrocidades,
enriquecimientos y abusos cometidos por repugnantes curatos.
Por lo tanto, supongo que, el reverendo del hospital
exclamaría ¡Señor, Señor!, al percatarse no haberle sido
ingresado lo que le correspondía por su trabajo. No
extrañándome tampoco que, los profesionales sanitarios del
Punta Europa, recibieran sus mensualidades con algunos días
de retraso, posiblemente por algún error informático, les
dirían. No siendo raro que eso ocurra aquí y en otras partes
de España, porque dinero no disponen los organismos
públicos, a veces, ni para papel higiénico para centros
escolares. Asunto que no creo, de ninguna de las maneras,
que ocurra en los retretes del Congreso, para que sus
señorías no se puedan limpiar sus posaderas y conductos
excretores para que no se les escuezan. Ni tampoco la falta
de liquidez, para que puedan viajar a cuerpo de rey en
aviones… para no sé qué misiones políticas, con cargo a los
presupuestos generales del Estado.
Ciertas presuntas indignidades políticas son evidentes, y la
honrosa dedicación de los sanitarios y médicos también. Como
pude comprobar en la mañana del jueves pasado, 5 de febrero,
en el Ambulatorio Menéndez Tolosa de Algeciras, cuando
acompañé a la esencia de mi ser, a realizarse una extracción
sanguínea, para una rutinaria analítica acorde a su longeva
edad. Encontrándose los pacientes en la sala de espera hasta
la puerta. Siendo llamados para la extracción con
puntualidad y orden acorde al número y hora asignada, debido
a la notable organización existente en la unidad.
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