Será para olvidarse del mal
tiempo, del frío o de la lluvia y de otras penurias que
azotan a una gran parte de la población, también, muchos de
ellos de Ceuta.
Y es que hemos visto como hasta el presidente de la Ciudad
que, dicho sea de paso, de jaranero no tiene mucho, mostraba
su sonrisa más agradable junto a la nueva reina del Carnaval
y al diseñador del cartel que anunciará estas fiestas.
Por alguna parte tiene que comenzar el buen ambiente y qué
mejor que empezar por esas fiestas, que aquí siempre
tuvieron algo que decir o que contar y que ahora siguen,
para ser el momento anunciador de la larga cuaresma que
tenemos a la vuelta de la esquina.
El Carnaval de Ceuta, no podía ser menos, arranca con el
primero de los hechos oficiales, la coronación de su Reina.
Una jovencita de tan sólo 17 años que, por una vez, de
momento, será la más admirada en esas fiestas carnavalescas.
La elección y la coronación de la Reina del Carnaval es el
comienzo de una serie de actos programados para muchos días
de este mes, en el que, hasta el día 27 siempre habrá algo
que ver.
No vamos a dar la relación, éste no es el lugar adecuado,
pero lo que sí es cierto es que esta serie de fiestas,
reales o ficticias, hacen que muchos, al menos durante unas
cuantas horas al día se olviden de ese problema o de esa
serie de ellos que le vienen agobiando. Durante muchas horas
se barren de su mente y se van quedando muy lejos de su
pensamiento diario.
Pero la cuestión festiva, en el fin de semana, no viene
quedando, tan sólo en esto, o en esto otro que se da cada
uno de los fines de semana del año, aquí, en Madrid, en
Sevilla o en mi pueblo, que se ha convertido en el acto o la
serie de actos más conocidos, por todos, me refiero al ya
más que conocido BOTELLÓN.
Eso, también es cierto, cada vez puede irse viendo como más
atractivo, no hoy, pero sí a corto plazo, porque considero
que con buena voluntad y con ganas de saber hasta donde se
puede llegar, debería irse cortando poco a poco, sin más,
aunque, también aquí, una vez más tenemos que seguir mirando
a los resultados posteriores, que se podrían traducir en
votos.
Y votos no sé si los darán o los quitarán, pero la llegada
de casi medio centenar de vehículos antiguos, al Paseo del
Revellín, eso sí que ha atraído la atención de jóvenes y
mayores. Los jóvenes, porque ver un vehículo de hace 50
años, con formas antiguas, con muchos kilos de chapa, con
pintura que, a pesar de los años, no se ha quedado
descolorida, y con pocas comodidades pero mucha seguridad,
eso para los jóvenes es casi vivir una etapa que les puede
parecer de la prehistoria, mientras que, a las personas de
mi generación, eso a nosotros nos lleva a los años mozos, en
los que, por lo menos, en cualquier parte, había sitio para
poder aparcar a cualquier hora del día o de la noche.
Marcas desaparecidas, otras que parecen eternas y un cuidado
muy especial en todos los elementos de estos vehículos, han
hecho del Paseo del Revellín un auténtico museo de coches
antiguos.
Y puestos a elegir, lo tendríamos difícil, tan difícil como
lo tiene el chaval al que le dicen que elija un juguete
favorito en una gran exposición y tras varias horas de dudar
y de ver lo que más le gusta, coge el juguete más rancio y
dice:” me llevo éste, pero me gustan todos”.
Así es como los de mi generación diríamos a la hora de
elegir unos de estos “carros” o, como se decía entonces, “el
aiga” que más nos entra por la vista.
Con todo esto, podría ser que en mis apreciaciones del
Turismo en Ceuta me hubiera equivocado y con esto, tras
rectificar como es debido, ya podríamos empezar a valorar el
“principio de las visitas que llegan a Ceuta, tras la
participación de Ceuta en FITUR”. Eso está bien, estaría
mejor si cada fin de semana, fueran llegando más visitantes.
Con sumo gusto rectificaríamos y hasta llegaríamos a decir:”
Nos hemos equivocado”.
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