Es lo que querrían muchos,
especialmente de fuera, y algunos otros de dentro, para que
llegara todo el que quisiera, sin control de ningún tipo, ni
policial, ni sanitario, ni de nada.
Y lo más curioso de todo esto es que los que ahora abogan
por dejar entrar a todo el que quiera venir, son los que más
se quejan de que los centros de Salud hay que mejorarlos,
que la enseñanza tiene que mejorar y ... bla, bla, bla, pero
lo que quieren, en definitiva, es la desestabilización de lo
que hay.
Me niego, en rotundo, a políticas de puertas abiertas, y me
niego porque, lo he repetido muchas veces, ni todos los que
intentan entrar son unos auténticos desheredados, ni todos
ellos nos garantizan que sanitariamente no van a poder
acarrear problemas. No debemos olvidar la serie de
enfermedades que se vienen desarrollando por ahí “abajo” y
que la mayor parte de ellas están sin controlar.
Y en esta ocasión la “llamada” fue por Benzú, lo que nos
faltaba ya. No sé si es más fácil la entrada por ahí o por
el Tarajal, pero lo que tengo muy claro es que esos que se
están lucrando con estas llegadas masivas, hacia lo que es
terreno europeo, lo tienen todo estudiado y bien estudiado
para buscar el “boquete” más fácil y, por ende, más rentable
para ellos.
Ahora no era una gran multitud, pero esos 50 que intentaron
entrar a Ceuta, por Benzú, ya han encontrado una alternativa
que espero y deseo que la Guardia Civil, en contacto con la
policía de Marruecos, pueda cerrar y hacerla inaccesible.
Y lo que está claro es que, ahora más que nunca, el trato y
la colaboración de la Policía de Marruecos son
extraordinarios, con lo que nuestra Guardia Civil, cuando ya
tenga que intervenir será cuando haya habido alguno de esos
que tratan de llegar a ser inmigrantes se les haya colado a
los marroquíes.
Mañana hará un año del día negro del Tarajal, aquel día en
el que la Policía y la Guardia Civil se tuvieron que
entregar, de verdad. Aquello que parece lejano para algunos
está ahí mismo, y en el fin de semana tratarán de recordar
lo que para ellos, sólo para ellos, fue un ultraje, pero
para mí y para otros muchos fue la actuación de verdaderos
profesionales de unos Cuerpos de Seguridad a los que en
contadas ocasiones se les reconoce, como es debido, su buen
trabajo, trabajo que aquel día fue grande y muy comprometido
para ellos que eran los que se jugaban todo.
Ahora bien, en estos días, ahora que vuelven a hacer acto de
presencia estos que intentan ser inmigrantes, sin
documentación, lo que me gustaría es que toda esa progresía
barata, toda esa prole que parecen miembros de la “operación
llamada”, esos que propugnan una política de puertas
abiertas, que casi está pidiendo o exigiendo que no haya
fronteras, con esa “generosidad” que les envuelve y que
quieren mostrar al mundo entero, lo que debieran hacer es,
en primer lugar, pasar por el CETI y llevarse a su casa,
cada uno de ellos, cuatro o cinco de estos inmigrantes, lo
que daría paso a que quedara más sitio libre en el CETI, con
lo que podría acoger a otro muchos más, de los que fueran
llegando.
Eso no parece lo más probable y lo que sí podemos empezar a
tener es otro foco de conflicto con los “negritos” que vayan
llegando y que quieren entrar como sea, en busca del EDÉN
que se les ha prometido, allá en sus tierras, y que creen
que lo pueden lograr aquí, desde que pongan el pie en el
suelo.
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