Es lo que pueden significar los
festejos de los carnavales que se acercan, como vísperas de
la larga cuaresma.
Y digo que será un carnaval paralelo, por cuanto llevamos
varios meses en los que las acciones en la Ceuta de 18
kilómetros cuadrados, o en los 18 kilómetros cuadrados de
Ceuta son lo más parecido a la irrealidad que representan
las fiestas carnavalescas, y si no, no hace falta más que
echar la vista hacia atrás, en cualquier terreno que a uno
se le ocurra.
Y como hay que tratar de entretener al personal, para que se
olvide de las otras carnavaladas con pingües ganancias que
hubo quien se llevó en tiempos no muy lejanos, ahora la
Viceconsejería de Festejos, que para algo está, aunque un
poco devaluada respecto a hace un año, dos o los que sean,
ha comenzado los preparativos para todos esos festejos que
este año se van a dar, íntegramente, en febrero.
Estamos, como aquel que dice, llamando a las puertas de D.
Carnal y Dª Cuaresma, época variopinta para unos, de
jolgorio para otros y de auténtica penitencia y reflexión
para los más piadosos. Cada uno sabrá donde se va a situar.
Este año las celebraciones oficiales se van a dar del 19 al
22 de febrero, aunque habrá fiestas que van a comenzar a
estar en la calle, desde la próxima semana, exactamente
desde el viernes día 6, en eso que para que tenga tirón y
clientela se ha dado en llamar “precarnaval”.
Este año, al menos de momento, parece que habrá algunos
recortes, por cuanto ese alumbrado que se ha colocado en
muchas de las ediciones pasadas, ahora no va a lucir, en
esta edición. Por ahí se empieza, pero lo que no faltará, no
sería carnaval sin ella, es la coronación de la reina de
estas fiestas, con lo que seguirá habiendo una principal
representante femenina de las fiestas.
¡¡Ah!! Y que no falten las invitaciones, uno de los primeros
gastos que habría que eliminar, la “mejilloná” que tendrá
lugar el día 8, para comenzar bien, un acto que se lleva
trasmitiendo de padres a hijos, anteriormente de abuelos a
padres y en lo que no faltan ni los abuelos, ni las madres,
ni los padres, ni los chavales ... .
Aquí es donde se ve el talante, que no el talento, de tirar
de lo ajeno y aquí es donde algunos de los que dominan las
instituciones se lucen proporcionando cantidad –no sé si
también calidad-, pero con dinero público, no propio.
¿Todo como otros años?. En parte sí, pero sólo en parte,
porque cuando hay dudas de si este será el último, el
penúltimo, o uno más de los que van a organizar los que los
venían organizando año tras año, siempre hay dudas de si
será mejor la abundancia para todos o si se hace el recorte
para todos y con ese recorte “se enseñan los mejillones”
pero no se tolera que nadie se lleve a casa un “talego”
lleno.
Ya pasada la primera mitad del mes, el día 15, será el día
del dominguito que para que sea menos monótono, en esta
ocasión tendrá su puesta en escena en lugar diferente a
otros años.
Luego ya, con la carnavalada concluida, con el lucimiento de
la Viceconsejería y de todos los que lo organizan, nos
meteremos en la cuaresma, que da paso a la Semana Santa y
que habrá que celebrarla por todo lo alto, no vaya a ser que
el próximo año, si es que cambian las siglas gobernantes,
nos quedemos sin ella, que todo puede ocurrir, aunque dudo
mucho que “la gente de bien” que lleva décadas con ese
espectáculo, sea capaz de tirar por la borda el trabajo
suyo, el de sus padres, el de sus abuelos y el de todos los
que les precedieron.
Es cierto que hasta llegar a eso, todavía, tendrá que llover
mucho y en Ceuta, incluso, a lo mejor nevar, que ya es
decir.
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