La ciudadanía otorgó
mayoritariamente su confianza al Partido Popular con la
intención de corregir unas políticas progresistas, que nos
habían abocado a las peores cifras macroeconómicas de
nuestra historia democrática. Nadie puede olvidar como nos
llevaronirremisiblemente a los cinco millones largos de
desempleados y a una tasa de déficit público cercana al 13%.
Se puso en duda, una vez más, la continuidad del estado del
bienestar, perdimos nuestra credibilidad y con ella, la
confianza tanto de nuestros socios europeos como de los
inversores internacionales.
Tres años después, hemos recuperado la confianza de nuestros
socios y la credibilidad de los mercados internacionales. La
prima de riesgo, concepto utilizado por los organismos
internacionales como medidor de confianza, ha pasado de los
610 puntos a los 108 puntos actuales. España ya no engaña a
la Unión Europea, ahora cumplimos con los objetivos de
déficit pactados. Hemos pasado de ser el país de la UE donde
más crecía el paro, a ser el país donde más se reduce. En
2014 el número de parados registrados se ha reducido en
253.627 personas.
Algunos y algunas criticarán las cifras ofrecidas, pero lo
que no podrán es negar una realidad confirmada por el propio
Fondo Monetario Internacional (FMI) quien en su último
informe señalaba, que nuestro país ha trabajado muy bien
favoreciendo con ello, que seamos, junto a Estados Unidos,
los dos únicos países de los 188 miembros de esta
organización, que mejoramos nuestras previsiones de
crecimiento para 2015 y 2016. No obstante, aún queda mucho
por hacer, mucho camino por recorrer, pero mejor hacerlo de
la mano de quienes han demostrado, por segunda vez en
nuestra historia democrática, que cumplen los compromisos
adquiridos. Sin ninguna duda, las fórmulas aplicadas, pese a
las duras críticas recibidas, han funcionado.
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