La problemática de los comedores
escolares y de las ayudas para que los niños con menos
recursos puedan beneficiarse de este servicio sigue a día de
hoy siendo tema de discusión. Desde la Ciudad se ha venido
asegurando que ningún niño se quedará sin recibir esta ayuda
y que aportará todo lo que sea necesario hasta que el MECD
normalice la situación, mientras tanto ayer, desde la FAMPA,
se denunciaba la situación que se está viviendo y la mala
gestión que tanto desde el Ministerio de Educación como
desde la Dirección Provincial se está desarrollando con
respecto a este tema, calificando a los responsables del
área de “chapuceros ineptos”, y mientras unos dicen una cosa
y otros dicen la contraria, los verdaderamente perjudicados
son los estudiantes y las familias sin recursos de estos
estudiantes que tienen que vivir con esta incertidumbre y
que además pueden verse privados de una ayuda que provocaría
incluso que estos niños no comieran.
En vez de salir, criticar y tirarse los trastos a la cabeza
en esta situación debería producirse un trabajo conjunto de
todas las partes implicadas para buscar una solución firme,
duradera y acorde a la problemática. No es comprensible que
durante todo este periodo de tiempo, el cual viene
arrastrándose desde antes del verano, no se haya encontrado
una solución y que lo único que se ejecute sean parches tras
parches, o como se suele decir “pan para hoy y hambre para
mañana”.
Vergonzoso no es que el Ministerio conceda a unos hijos de
una misma unidad familiar esta ayuda y a otros no,
vergonzoso es que esta situación todavía no esté
solucionada, cuando ya se ha marchado el primer trimestre
del curso escolar, y que todavía a día de hoy, después de
muchos meses, este tema siga siendo tema de discusión y se
utilice como arma arrojadiza entre las diferentes partes
implicadas.
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