El incremento producido en los
últimos meses de yihadistas en Ceuta y las ciudades del país
vecino cercanas a la ciudad está provocando que desde todos
los estamentos se estén buscando fórmulas para evitar que
esta situación se siga produciendo. Siempre se ha dicho que
una buena base en el ámbito educativo contribuye a prevenir
actitudes violentas como las que marcan a estos integrantes
del llamado estado islámico que utilizan la religión como
escudo o más bien como autoexcusa para cometer los atroces
crímenes que están llevando a cabo en todos los rincones del
mundo. Además de otros factores, como decimos, la educación
es primordial y por ese motivo la Universidad Camilo José
Cela quiere aplicar un plan de prevención del radicalismo
yihadista tanto en Ceuta como en Melilla, más concretamente
en los barrios más azotados por el fracaso escolar, el paro
y la pobreza.
Pero además del trabajo que puedan realizar los
profesionales de la Universidad Camilo José Cela, nada o más
bien poco lograrán si en el seno de la familia no se tiene
ese pensamiento contrario a la radicalización y sirven
también de apoyo a este plan. La prevención del radicalismo
yihadista no puede pasar sólo y exclusivamente por el
trabajo de unos profesionales, sino que deben ser los
propios vecinos de las barriadas donde se lleve a cabo el
citado plan los que entiendan y comprendan que estas
prácticas terroristas no llevan a nada, que es un puro
engaño de unos enajenados mentales que interpretan a su
antojo el islam. Esto no debe ser sólo una lucha de unos
pocos, sino una lucha conjunta y un trabajo de todos con el
fin de hacer ver a esos pocos descerebrados que la violencia
no conduce a nada, pero como decimos, ese trabajo debe
empezar por la propia familia ya que es precisamente ahí,
desde pequeños, donde se graban esos valores de las grandes
civilizaciones.
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