En este caso se trata de una
ministra, la de Fomento, Ana Pastor, que como no podía ser
de otra manera, si en juego están 317 viviendas de
Protección Oficial, mejor que ella nadie, para entregárselas
a la Administración de Ceuta.
Y como por pedir a nadie ahorcan y por ofrecer se puede
ofrecer lo que se quiera, aunque luego esas promesas se
queden en “agua de borrajas”, que no creo que sea éste el
caso, pues tras esas 317 viviendas entregadas a la
Administración de la Ciudad, ahora firma un nuevo convenio
para otras 500 nuevas viviendas.
No está mal, si se lleva a cabo todo, pero lo que sí está
seguro es que ya, en el primer tirón, por muy poco
agradecido que sea el personal, ya el PP, con este gesto,
con esta visita, puede contabilizar o sumar a los que ya le
pertenecían otros 2000 votos más, número que la mayor parte
de los grupos que concurran a las elecciones municipales no
van a lograr.
Así es el poder y no me parece mal si ahora se promete y
esas promesas no caen en “saco roto”, cosa que sucede cada
vez que se pierden unas elecciones en las urnas.
Atractiva fue la visita y poco molesta para la Ciudad y para
todos aquellos que, de una forma o de otra, hemos coincidido
con ella, en la calle o en el hotel. Todo hay que decirlo.
Y como la verdad no tiene más que un camino, camino recto y
no tortuoso, no sé si orientada por aquellos que la iban
acompañando a la ministra, o por los asesores personales, su
estancia en Ceuta no ha provocado ningún tipo de incomodidad
a nadie, aunque lo más llamativo y que debiera haber estado
fuera del protocolo es la gran cantidad de acompañantes que
lucían “el traje nuevo” y los que se colocaban siempre donde
iba a haber una foto, no sé si para enseñar ese traje nuevo,
acaso comprado en las rebajas, o para que las vecinas de la
barriada los vieran, aunque acaso, no hay que descartar
nada, estuvieran ahí para tratar de ir pisando los terrenos
a otros que trataban de hacer eso mismo.
Esto, que a nadie le quepa la menor duda, fue la nota
discordante, no de la ministra, sino del cortejo que la
estuvo acompañando.
Y como se trata de la ministra de Fomento, no sé si en lo
mucho y acaso bueno que hayan mostrado a doña Ana Pastor
habrá estado, también, el helipuerto, esa “jaula de oro a la
que no entran los pájaros”. Pienso que hubiera sido positivo
que le hubiera pedido algo para que esa instalación vuelva a
entrar en servicio.
Y ahora, por aquello de que no son iguales el PP y el PSOE,
tras la marcha de la señora ministra no creo que hayan
cesado a ningún cargo puesto por la Administración Central,
cosa que sí ocurrió cuando el anterior presidente del
Gobierno, señor Zapatero, visitó Ceuta y nada más llegar a
Madrid cesó al delegado del Gobierno, mi paisano y muy
conocido, que no amigo, Jerónimo Nieto, al que sus asesores
no le informaron de la que le podían armar ciertos
elementos, para colocarle en la picota. En la picota lo
pusieron y desde ahí se dio de narices contra el suelo, al
haber permitido, o no haberse enterado, que delante de las
mismas narices del presidente Zapatero, le habían colocado
las pancartas que más le podrían “fastidiar” o “jo....” al
propio presidente del Estado Español.
Sin duda, Paco Antonio controla todo esto mejor, mi paisano
se creyó que todo el monte era orégano y de ahí salió para
el ostracismo político, por ser demasiado listo o
excesivamente torpe, por cuanto, desde que llevaba
escasamente un mes en Ceuta bien advertido estaba de quien
era quien, algo que tengo la total certeza que no le
debieron decir sus asesores.
|