La entrada de inmigrantes subsaharianos escondidos en dobles
fondos de vehículos que cruzan la frontera del Tarajal, que
separa Ceuta de Marruecos, se ha convertido en un auténtico
quebradero de cabeza para los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad
del Estado. Las redes que trafican con seres humanos están
aprovechando el amplio tránsito de vehículos que cruzan el
paso fronterizo para introducir a estos inmigrantes, que han
encontrado en este método un “auténtico filón”, que está
siendo muy explotado.
Fuentes policiales consultadas han asegurado que estas redes
saben que la frontera es cruzada diariamente por más de
2.500 vehículos y que es casi imposible que la Guardia Civil
realice una inspección completa de cada uno de ellos.
Por esta circunstancia, las redes preparan estos vehículos
en talleres clandestinos de Marruecos para hacer huecos en
los bajos de los asientos o en otros habitáculos de los
turismos como el salpicadero o incluso el maletero.
”Es difícil precisar cantidades, porque se les dice a los
inmigrantes que no pueden hablar, pero cada subsahariano
puede pagar más de 3.000 euros por este pase ilegal”, afirma
un agente de la Guardia Civil.
Los inmigrantes entran en estos dobles fondos y
posteriormente el conductor los abandona en un lugar de
Ceuta con una indicación: que pregunten por el Centro de
Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) o por la comisaría
de la Policía Nacional.
Con esta consigna son dejados en calles de Ceuta no
controladas policialmente, la practica totalidad del
extrarradio, hasta que son descubiertos por los efectivos
policiales, que proceden a su traslado a la comisaría para
su identificación y los trámites legales pertinentes.
Por este método se calcula que entre los meses de septiembre
y diciembre de 2014 entraron en Ceuta hasta 347 inmigrantes,
la mayoría de ellos procedentes del África Subsahariana,
según los datos recabados de la Cruz Roja Española y de
fuentes policiales.
En ese periodo han entrado 71 inmigrantes en el mes de
septiembre, 135 lo han conseguido en octubre, 93 en
noviembre y otros 48 más en diciembre. De ellos, 292
inmigrantes eran del África Subsahariana -en gran medida
dicen ser originarios de Guinea Conakry-, otros 48 eran
naturales de Argelia, tres procedían de Siria, dos eran
originarios de Túnez y otros dos de Marruecos.
En el grupo de entradas había 13 mujeres, 10 menores de edad
argelinos, marroquíes y subsaharianos, así como un bebé
subsahariano de tan solo dos meses. Los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado se enfrentan en Ceuta a estas entradas
como uno de los principales retos de este año para reducir
los accesos clandestinos de inmigrantes subsaharianos.
Una tarea complicada, según reconocen las fuentes
policiales, debido a la dificultad de descubrir a los
integrantes de las redes, que se aprovechan de la necesidad
de muchas personas de ejercer como conductores a cambio de
dinero.
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