El polígono del Tarajal volvió ayer a la actividad con
relativa normalidad. Y es que, esta ya es una zona
complicada de por si y así lo recuerda el presidente de la
nueva asociación de comerciantes, Ibrahim Abdela, que aunque
señala que no se produjeron altercados destacables, sí
matiza que sí se dieron los “avatares” habituales en la
zona. Las largas colas de porteadores, aumentadas en los
últimos meses, son una constante que de vez en cuando
explota en forma de avalancha. Por ello, los empresarios, y
así lo recalca Abdela, abren sus puertas con el temor de que
se produzcan altercados. Ante esta situación, el presidente
de la asociación de comerciantes del Tarajal insiste en que
la necesidad de volver a contar con seguridad privada se
mantiene.
No obstante, de momento no hay fecha ni empresa de
vigilancia privada elegida para que se haga cargo del
servicio y lo ponga en marcha nuevamente, según explica
Abdela. Los empresarios están ahora estudiando ofertas antes
de tomar una decisión para la que, además, habrá que aclarar
ciertos matices y así lo señala el presidente de la
asociación. El objetivo en este momento es “unificar
criterios” para defender los intereses de los comerciantes y
para lograrlo la prioridad es acabar con los ‘almacenes
fantasma’ que están causando grandes pérdidas a los
comerciantes ceutíes.
Abdela recuerda que en la actualidad el número de
porteadores duplica o incluso triplica al que debería entrar
a diario. Una circunstancia que se da, según matiza, ante el
efecto llamada de las grandes comisiones que se ofrecen por
llevar bultos de estos almacenes fantasma que no están dados
de alta ni tienen que cubrir costes de trabajadores o
seguridad social o entre otros. “Se han llegado a pagar 100
euros por bulto cuando el precio habitual de los comercios
legalizados oscila entre los 15 euros o los 25 en el mejor
día”, cuenta Abdela para advertir que con unos precios tan
abultados los comercios ceutíes no pueden competir. “La
actividad ha bajado un 70% ya que cuando los bultos de estos
almacenes se pagan por encima de los 40 euros a nosotros no
nos sale mercancía”, manifiesta con la esperanza de que
empiecen a dar resultados los controles de mercancía que se
hacen en el puerto para evitar la entrada de aquellos que
van a los almacenes fantasma y que no pagan ni impuestos ni
generan trabajo.
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