Y como quien cierra un libro y abre otro, así hago yo para
desafiar un nuevo año, un nuevo reto, un nuevo movimiento
guiado a conseguir un único objetivo, el cambio. Pero aún
explorando las primeras páginas del 2015, no aparto de mi
lado el 2014, ni el 2013, ni el 2012, es decir, no guardo ni
tiro los libros del pasado porque me servirán para hacer
frente al presente y, lo más importante, me servirán para
desafiar al futuro con ilusión, convencimiento, energías, y
trabajo, mucho trabajo. La gente espera mucho de
nosotros/as, a ellas nos debemos quienes hemos decidido, de
una u otra forma, más o menos, dedicar parte de nuestra vida
a la política. ¿Y qué es la política ? La herramienta que te
permite mejorar la vida de todas las personas sin excepción.
La política no es el trampolín para el éxito personal,
tampoco es la vía de ataque hacia quienes no piensan como
tú, la política no puede ser la excusa para excluir, pero
sobre todo, la política no puede caer en mano de detractores
del Estado del Bienestar, la igualdad y la democracia. La
política no puede estar para el beneficio de una minoría,
mientras olvidan a la mayoría. Sólo quien gobierna para
los/as mismos/as, tiene la facilidad de no ver más allá de
sus narices.
Es decir, sólo quien piensa en sí es capaz de hablar de
recuperación mientras la sociedad pasa hambre, tiene miedo,
y ha perdido derechos. Mentiras, falsas promesas, recortes,
privación de la libertad, medidas discriminatorias,
¡cualquiera se pondría la mano en la cabeza al escuchar
estas palabras!, y nadie las querría compartir, mucho menos
vivenciar. Pues bien, esto es lo que ha hecho el Partido
Popular todos estos años, aquí y allí, a nivel central y a
nivel local. Por eso tengo dos libros, 2015 me servirá para
luchar y reivindicar el cambio hacia la dignidad, el pasado
me servirá para no perder el horizonte, para coger impulso,
nos jugamos mucho, sobre todo en Ceuta. Nos jugamos el
seguir alimentando la prepotencia del Partido Popular que,
como si de una broma se tratara, en vez de preocuparse y
responder a las miles de personas que se encuentran en estos
momentos es una situación de desesperación, prefiere
retratar su más absoluto miedo a perder el poder.
Y sólo, exclusivamente eso es lo que le hace tener fijación
contra todo aquello que le puede hacer tambalear la gloria.
No es el deseo de servir en igualdad de condiciones, es el
deseo del beneficio personal, ese beneficio que le brinda
hacer y deshacer a su antojo, ese antojo que describí al
principio cuando definí qué es la política. Por eso esa
obsesión contra el PSOE, por eso esas críticas hacia José
Antonio Carracao, críticas sin fundamento ni lógica alguna.
¿Enmiendas al Presupuesto para tumbar? No. ¿Enmiendas que
aprueban y luego no cumplen? No. Cuando apenas quedan meses
para el cambio, no hay nada que enmendar, hay que desbancar
y reestructurar. ¿Trabajo? Nadie, absolutamente nadie puede
dudar ni lo más mínimo del día a día del PSOE, de nuestra
constancia, nuestro empeño, nuestras propuestas. Cuatro años
de ilusión, antes, ahora, y seguimos. Ladran, luego
cabalgamos.
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