Los jóvenes ceutíes se echaron la noche del 1 a la calle
para empezar el año con fuerzas. Pasadas la media noche, la
plaza de España se llenó de chicos y chicas haciendo
botellón. Algunas horas después, el Poblado Marinero se
convirtió en el escenario de referencia. La mayoría de los
locales habían colgado el cartel de entradas agotadas. Los
que no, ofrecían sus últimas ofertas con consumición
incluida.
Los diferentes hoteles de la ciudad, donde además de cena
también se celebraron los tradicionales cotillones, los pubs
como Tokio, Café Miró, La Nuit, El Torero, Noveau, etc.,
fueron también los grandes triunfadores de la noche gracias
a sus diferentes ofertas y el gran ambiente que siempre
presentan y que durante el fin de año se vieron mejorados
gracias a ese toque especial que siempre da la llegada de un
nuevo año.
Una vez finalizadas las uvas los primeros grupos de amigos
empiezan a aparecer. Abrazos, besos, botellas, y toda una
noche por delante, la primera de 2015, para darlo todo y
para empezar el año con buen pie.
Era una noche especial y por lo tanto jóvenes como mayores
se plantaron sus mejores galas, donde el negro fue el color
elegido por la gran mayoría, tanto por ellos como por ellas.
Los hombres se colocaron el más elegante de sus trajes de
chaqueta. Corbata perfectamente conjuntada, zapatos
encerados y no mucho más para la improvisación, ya que pese
a ser un atuendo clásico, el éxito siempre está garantizado.
Ellas, las mujeres, siempre intentan sorprender y deslumbrar
con sus vestidos nuevos. Pedrerías, lentejuelas, y mucho
brillo para dejar boquiabierto al personal. Y como
complementos, collares, anillos, pendientes, así como
enormes tacones. Todo a juego, y es que las chicas lo
estudian todo muy bien y al detalle para convertirse en las
reinas de la noche.
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