Una vez más los Cuerpos y Fuerzas
de Seguridad del Estado han demostrado su valía. Esta vez
los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que han logrado
detener a un vecino de la barriada del Príncipe por un
presunto delito de violencia de género. Además, no sólo hay
que destacar la profesionalidad y eficacia de los agentes
que han intervenido en la investigación y en la operación
para lograr detener al apodado ‘El Feo’, sino también
reprobar la actitud de algunos vecinos de la barriada que
lejos de colaborar con los agentes, hasta en dos ocasiones
ampararon al presunto delincuente entorpeciendo la labor
policial e incluso apedreándoles e increpándoles. Es una
lástima que descerebrados de esta calaña tengan amedrentados
al resto de la barriada y protagonicen espectáculos tan
bochornosos y lamentables como este, amparando a un presunto
maltratador de mujeres que además tiene en su haber un largo
expediente delictivo. Es una lástima que en ocasiones así,
los agentes no dispongan de más libertad para proceder con
contundencia y llevarse por delante no sólo al presunto
delincuente sino también a todos aquellos que entorpecen
cualquier actividad policial o incluso insultan, increpan y
agreden a los agentes. Y desde aquí llamamos descerebrados a
esos individuos porque a buen seguro no se han parado a
pensar, ya que son descerebrados, a que sus madres o sus
hijas también podrían o pueden dar con un maltratador, ¿qué
gracias les haría? ¿también increparían a los agentes de la
policía? o ¿reclamarían justicia y exigirían a los agentes
celeridad para coger al culpable?. Puede ser que nada de eso
ocurriría ya que si actúan así ante un caso de violencia de
género es porque ellos presuntamente también sean agresores
de mujeres, y si no lo son lo solventarían a tiros, ¡vaya
vergüenza!.
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