El debate sobre la modificación
del contrato de la limpieza viaria ocupó más de un tercio
del tiempo que duró la sesión plenaria de ayer, la última
del año, obligando nuevamente a que las interpelaciones que
presentaron los diferentes grupos políticas vayan a se
respondidas por escrito por es Gobierno. No cansados con
discutir y dar vueltas sobre lo mismo el PP y el resto de
partidos de la oposición se enfrascaron en un intercambio de
reproches, acusaciones y tiras y aflojas que lo podían haber
ahorrado después de resaltarse que esta modificación no
necesariamente debía pasar por sesión plenaria, y lejos de
buscar una salida consensuada y por el bien tanto de la
ciudadanía como para los propios trabajadores de Trace, se
buscó más el lucimiento político.
No es de recibo que durante más de dos horas y media se esté
dando vueltas sobre el mismo asunto cuando desde un primer
momento se sabía las posturas de todos y cada uno e incluso
que, aunque esta modificación no necesariamente debía pasar
por sesión plenaria, iba ser aprobada se dijera lo que
dijera gracias a la mayoría que tiene el PP. Finalmente, y
tras el manido y desesperante debate, lo único que
consiguieron los políticos fue sacar de sus casillas a los
verdaderos protagonistas de esta historia y los que dia a
día tienen que redoblar sus esfuerzos para intentar que la
ciudadanía no esté cada vez más asqueada de la falta de
limpieza de las calles. Los trabajadores de Trace, no
comprendieron como desde la oposición se miró más por jugar
a la política y el lucimiento antes de por los cincuenta
padres de familia que están esperando esta modificación de
contrato para lograr una estabilidad laboral gracias a una
mejora que está garantizada a la hora de que la empresa
refuerce los servicios, dejando atrás las penurias y la
inestabilidad que sufren desde hace más de catorce años.
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