La situación política, económica y
social española es tan decadente hasta el punto que, un día
tras otro brotan noticias que confirman la gravísima
situación que sufre el pueblo por culpa del absolutista
corrupto sistema político imperante. Saltando las alarmas de
eminentes despachos de altas instituciones, el miércoles
pasado, cuando el fiscal general del Estado, Torres-Dulce,
presentó su dimisión al Gobierno estatal español de Mariano
Rajoy y sus mariachis, alegando motivos personales. Cuando
lo más probable de haber tomado dicha decisión, es que
después de tres años ejerciendo ese cargo de tanta
responsabilidad y, en el que debe prevalecer la defensa de
los derechos del Estado. Dulce, no ha podido soportar más
las presuntas injerencias políticas en el órgano que
dirigía, especialmente sobre los casos corruptos Nóos,
Gürtel, EREs, etc., en los que están pringados hasta los
ratones de armario de las siglas políticas que configuran el
bipartidismo.
El autoritario presidente español, Mariano Rajoy, en
veinticuatro horas ha resuelto la crisis provocada por la
dimisión de Torres-Dulce, nombrando como nueva fiscal
general del Estado a Consuelo Madrigal Martínez-Pereda. Pero
no solamente ha sido la Fiscalía, la que se ha visto
envuelta en embrollos escabrosos por dichas injerencias.
Sino que, a última hora y coincidiendo con la dimisión del
fiscal general, la mayoría de los magistrados que componen
la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Han hecho público
una carta firmada por ellos, en protesta por las injerencias
del Gobierno en el órgano judicial que instruye los casos de
corruptelas, en los que están inmersos ilustrísimas y
excelentísimas señorías políticas aforadas.
Estimado lector, lo que ocurre en esta España de calcetines
negros, es un disparate contra la inteligencia, libertades y
humanidades, porque la historia que intenta imponer los
poderes establecidos, no es la verdadera ni la auténtica, al
estar manipulada y edulcorada hacia sus dogmas y doctrinas
inquisidoras. Por ello, la que promulgan, difunden y realzan
los escribas y voceras del PP, partido gobernante en estos
tiempos, en la España donde la cabra y sus cabritos siguen
tirando hacia el monte, no es creíble en ninguno de los
sentidos y aspectos. Por ello, más mentiras no se tragan la
población. Y menos, escuchar decir al nefasto presidente
español, Mariano Rajoy que: “la crisis económica en España
es ya historia”.
Se puede tener poca vergüenza y la cara más dura que el
cemento armado, pero como este elemento hay pocos que le
superen. Porque decir eso, cuando hay alrededor de seis
millones de parados, con un millón de personas a las que las
centrales eléctricas les cortaron el fluido eléctrico este
año por no poder pagar las facturas. Y cuando casi una
treintena de familias son desahuciadas diariamente de sus
domicilios por no poder hacer frente a sus hipotecas. Es de
ser un presunto tirano, que por no conocer, no conoce ni
mínimamente la vergüenza ni la dignidad.
También la tienen muy dura, los pajes del poder político y
capitalista español, de las dos centrales sindicales
mayoritarias españolas de la UGT y CCOO, Fernández Toxo y
Cándido Méndez, al atreverse a firmar recientemente, junto a
la patronal y el gobierno de Rajoy, un pacto social en
vísperas de un año electoral. Tras tres años en los que el
Gobierno del PP de Rajoy y la patronal, han estrangulado
económica, política, social, culturalmente… al pueblo hasta
las últimas consecuencias. Siendo una limosna los1.000 ó
1.200 millones de euros previstos en ayudas o subsidios para
los parados de larga duración, cuando a la banca le
inyectaron una descomunal cantidad de millones de euros, la
que tenemos que pagar los contribuyentes, por culpa de las
malas praxis por parte de Rodrigo Rato, Blesa y otros
sujetos de la misma calaña y catadura política y bancaria.
Consecuentemente, hace dos o más años, Mariano Rajoy con sus
panderetas y saltimbanquis, deberían haber hecho frente a la
hambruna, miseria y desamparo existente en España, y no
ahora ante los procesos electorales de 2015.
Vengo exclamando que la corrupción está presuntamente
expandida por casi todos los entes públicos de este sistema
político. Dándome la razón, una vez más, pero en esta
ocasión hace unos días, María Dolores de Cospedal,
secretaria general del PP. Al declarar a COPE que, “la
corrupción no es patrimonio de nadie, es de todos porque la
misma corrupción que puede haber en un partido político, la
hay en la sociedad en general”.
A esta dama, de malévolos vuelos rasantes, le pido que no
meta a la sociedad en general en su presunto saco corrupto,
porque la mayoría del pueblo no tiene acceso a los
mecanismos corruptos que disponen los poderes políticos...
Salud y Feliz Navidad.
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