Janucá, también llamada Fiesta de las Luces o Lucernarias
comenzó ayer en el primero de los ocho días de la festividad
con el encendido de las únicas luces decorativas que
quedaban por prender. Al acto acudieron, entre otros, Juan
Vivas, presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Manuel
Coronado, viceconsejero de Juventud y Festejos y Jacob Lavy,
rabino de la comunidad israelita de la ciudad.
Tras el encendido de la luminaria decorativa, los asistentes
se desplazaron a pie a la Plaza de Los Reyes para prender,
una a una, cada una de las siete velas del Janukia.
Previamente, los asistentes pudieron disfrutar de danzas
típicas de la comunidad israelita al son de las
tradicionales piezas “Ava naguila Ava” y “Evenu shalom” (la
paz sea con vosotros).
Cada año se intenta homenajear a algún colectivo en este día
tan señalado, siendo el Ejército Español el elegido en esta
ocasión.
Jacob Hachuel, miembro de la comunidad israelita de ceuta,
dirigió el evento a través de un discurso sobrio orientado a
dar a conocer las costumbres hebreas y desear la paz y el
bienestar a todos, independientemente de la religión que
procesen. “Los militares puede que sean uno de los grupos
más pacíficos que conozca. Ellos conocen la guerra, y por
eso precisamente no la desean”. Por su parte Jacob Lavy
recordó el espíritu de esta celebración. El encendido de las
Velas del Janukia simboliza el alumbramiento de la oscuridad
que representan la ignorancia y la intolerancia. Es el acto
más importante del Janucá y se repitió en el día de ayer en
todas las casas de la comunidad hebrea, donde familias y
amigos se reúnen para inaugurar, juntos estos ocho días de
celebración.
El acto estuvo también amenizado por la Unidad de Música del
Cuartel General de la Comandancia General de Ceuta, que
sorprendió a propios y extraños interpretando dos obras de
tradición isralita a las que posteriormente siguieron piezas
músicales propias del Ejército. El acto concluyó con el
reparto de chocolate caliente y una charla más distendida.
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