La Policía Nacional y la Dirección General de la Vigilancia
del Territorio (DGST) de Marruecos detuvieron durante la
jornada de ayer martes a un total de siete personas de una
red que enviaba mujeres al grupo terrorista islámico DAESH,
según se informó desde el Ministerio de Interior.
La operación, desarrollada a las 6.45 horas de ayer, se
saldó con la detención en España de un hombre y cuatro
mujeres, entre ellas una menor de edad. Tres de las
detenciones se han practicado en Melilla, una en Ceuta y una
quinta en Barcelona, mientras que otros dos hombres fueron
arrestados en la localidad marroquí de Castillejos.
Todos los arrestados están acusados de formar parte de una
red de captación, reclutamiento y envío de mujeres al frente
sirio-iraquí a la organización terrorista DAESH. Además, se
efectuaron seis registros domiciliarios en las ciudades en
las que se llevaron a cabo las detenciones.
La operación, lanzada por agentes de la Comisaría General de
Información de la Policía Nacional y de la Dirección General
de la Vigilancia del Territorio del Reino de Marruecos,
continúa abierta, tal y como así se ha confirmado, y la
misma está dirigida por el titular del Juzgado Central de
Instrucción de la Audiencia Nacional número 1, Santiago
Pedraz.
Trasladada a la Península
La joven de unos 21 años detenida en Ceuta en el marco de
esta operación fue trasladada ayer mismo a la península. La
detención en nuestra ciudad se practicó en la barriada del
Príncipe Felipe y la detenida fue trasladada a la península
en un helicóptero, según manifestaron fuentes próximas a la
investigación.
Con esta detención se eleva a una decena los arrestados en
los últimos años en Ceuta en operaciones contra el yihadismo.
La Policía ha registrado en Ceuta desde 2012 quince
denuncias de familiares de personas que han podido abandonar
la ciudad captadas por redes yihadistas para combatir en
Siria o Irak, algunas de las cuales ya han sido dadas
oficialmente por muertas. De esos casos, nueve eran personas
nacidas en Ceuta -entre ellas dos mujeres- y seis eran
marroquíes residentes oficialmente en la ciudad autónoma.
La operación más importante se llevó a cabo en junio de
2013, cuando la Policía detuvo a ocho personas en el barrio
del Príncipe como supuestos miembros de una red que se
dedicaba a la captación y envío de yihadistas a Siria.
Las investigaciones llevadas a cabo por la Comisaría General
de Información de la Policía española han puesto de
manifiesto la existencia de una red compleja, dividida en
tres estratos con vocación de estanqueidad, y que se sitúa a
caballo entre España y Marruecos.
Al frente de la red estaban los directores. Este sería el
papel desempeñado por los dos detenidos en Marruecos. Éstos,
aunque actuando en la sombra, son los máximos responsables
de la red y se valen de facilitadores y colaboradoras
mujeres jóvenes (alguna menor de edad, como es el caso de
una de las detenidas en Melilla), que hacen el trabajo de
reclutadoras activas. Entre estas reclutadoras había una de
nacionalidad chilena, una mujer originaria de Viña del Mar,
según han informado fuentes de la investigación.
Esta figura la desempeñaban las cuatro mujeres detenidas en
España, conscientemente convencidas y radicalizadas, al
servicio de los responsables de la red terrorista. Las
reclutadoras activas se manejan en las redes sociales y se
encargan de reclutar mujeres jóvenes para enviarlas a zonas
de conflicto al servicio del IS.
El mensaje está claramente dirigido a mujeres jóvenes, según
los expertos en la lucha antiterrorista. Las reclutadoras
eran las encargadas tanto de difundir el mensaje como de
filtrar aquellas respuestas positivas o de aceptación,
llevando a cabo una selección de víctimas que pasarían a la
siguiente fase.
Después hay una segunda fase de selección en la que las
víctimas elegidas eran redirigidas a foros privados de
WhatsApp cuyas administradoras eran las reclutadoras
activas. En estos foros los mensajes sutiles se tornan en
consignas de reprogramación, hasta que en un momento dado se
apunta la necesidad de “pasar a la acción”.
A la fase final sólo accedían aquellas víctimas que dan el
paso y son dirigidas a foros exclusivos en los que se
duplican las medidas de seguridad, de manera que, cuando el
proceso culmina y sólo cuando el objetivo del reclutamiento
se encuentra conseguido, se produce el contacto personal
previo al desplazamiento. A lo largo de todo el proceso es
un elemento común las férreas medidas de seguridad adoptadas
por los implicados, hecho que ha dificultado en determinados
momentos la investigación policial.
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