Desde el Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía de
Ceuta, sostenemos que activar los mecanismos y dispositivos
de colaboración, cooperación e intervención necesarios para
mejorar al sistema educativo y por consiguiente, impulsar y
desarrollar todas aquellas medidas que permitan atender
eficientemente a la población estudiantil se conciben y
exigen como actuaciones necesarias y, han de enmarcarse como
ejes y estrategias esenciales por parte de los poderes
públicos para solventar las necesidades y demandas
socioeducativas de nuestro alumnado.
Nuestro Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía, es
conocedor y consciente además, de que la comunidad educativa
supone una pieza clave en la socialización de la infancia.
Las escuelas y/o centros educativos, son fundamentales pues
en dichos “espacios educativos” se adquieren los
conocimientos, las actitudes, los valores y las normas de
comportamiento cruciales para la interacción social.
Por ello, desde el MDyC, sostenemos que las escuelas y/o los
centros educativos con todos los objetivos y las actividades
que se persiguen y enmarcan en sus estrategias de
intervención o actuación, deben de ser visibilizadas y
encuadradas por parte de las autoridades públicas, como
instrumentos de actuación relevantes, con los que poner fin,
paliar y modificar las desigualdades y las distintas
discriminaciones que puedan llegar a originarse como
consecuencia de los constructos, estereotipos y/o prejuicios
que lamentablemente siguen teniendo en la actualidad,
fuertes arraigos culturales.
Queremos nuevamente, señalar y ratificar desde el MDyC, que
“la educación” es una herramienta primordial y destacada
para la transmisión de valores, pautas, actitudes y
comportamientos y en definitiva, de socialización,
imprescindible para intervenir y actuar más allá de la
individualidad de una persona y por ello su fuerte y notable
importancia y relevancia como “motor de cambio”.
A tenor de lo expuesto y, estrecha e íntimamente relacionado
con esta tipología de intervención y dimensión en la que se
enlazan y conectan actuaciones de modalidad socioeducativa
desde las escuelas y la sociedad; la educación emocional, se
concibe como una alternativa de actuación innovadora de
referencia en las aulas, pues, conforma un papel
importantísimo para el ser humano en nuestro proceso de
socialización y adaptación con el medio y/o los contextos
sociales que nos rodean.
El equipo pedagógico y social del MDyC, considera que
desarrollar las competencias emocionales, desde edades
tempranas, es sinónimo de eficiencia, coherencia y
compromiso con el alumnado, pues el progreso y desarrollo de
las mismas permitiría ampliar y mejorar la capacidad de dar
respuesta a las necesidades sociales que se originan como
consecuencia de la interacción con el medio; consideramos
que promover esta modalidad de educación, nos ayudaría a
promover entre los/as más pequeños/as, el interés por el
conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y
actitudes necesarias para avanzar y alcanzar una educación
de calidad e igualdad de oportunidades, libre de
discriminación y violencia. Pues, desarrollar y promocionar
estrategias de educación emocional, desde edades tempranas
permite aprender a regular de forma adaptada las emociones,
con lo cual se logra a través de su implantación y ejecución
en las aulas intervenir en problemas sociales tan alarmantes
y preocupantes como el bullying y/o la violencia de género.
La educación emocional, permite reconocer y potenciar una
modalidad de actuación socioeducativa importantísima con la
que paliar y erradicar problemáticas de repercusión social
y, en definitiva, permite alcanzar un bienestar social de
beneficios y ventajas para toda la ciudadanía, en igualdad
de oportunidades, libre de prejuicios, estereotipos y
estigmas.
Por todo ello y por todos los beneficios que supone para la
sociedad ceutí el implantar iniciativas sustentadas en el
desarrollo y promoción de las emociones, como alternativa de
tratamiento a la violencia, discriminación e intolerancia,
el Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía, va a instar a
la ciudad, concretamente a la Consejería de Educación,
Cultura y Mujer, a que incorpore entre sus medidas y
estrategias de actuación contra la discriminación,
desigualdad y marginación por razones de género,
discapacidad y otros constructos sociales, en las guarderías
de la ciudad y en las programación comunitaria, la ejecución
de esta estrategia sustentada en la educación emocional,
como respuesta para atajar los problemas de trascendencia y
repercusión social como la violencia de género desde edades
tempranas.
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