Va a ser bonito, a partir de
finales de enero, como cada uno de los grupos políticos que
aspire a tener representación, en el Ayuntamiento, tendrá
que exponer sus planes de futuro, además de hacer recuento
de lo “mucho” que hasta ahora ha venido haciendo.
En este sentido, ardo en deseos de ver como se exponen las
“grandes obras del PP”, en los últimos años, en determinadas
zonas de la ciudad. Lo malo de esto es que barriadas como la
de O´donnell podrá decir a quienes han estado gobernando
últimamente que, a lo largo de muchos años, especialmente en
toda esta legislatura, O´donnell no contó demasiado para
este Ayuntamiento, con lo que el día de las elecciones,
tampoco podrá contar esa candidatura con muchos votos de
esta barriada.
Es lo que hay y nunca mejor dicho:”do ut des”, o lo que es
lo mismo “yo te doy el voto para que te preocupes de mí”,
con lo que la “despreocupación” llevará aparejada la
ausencia de votos para el que es y aspira a seguir siendo
alcalde.
Y, una vez establecido esto, viene el siguiente paso, que
otros grupos, ofreciendo todo, pero sin haber dado, aún,
nada sean los que pretendan recoger toda una sementera que
ellos no llevaron a cabo, pero que “por si acaso” se juntan
a los que ahora les pueden apoyar.
Ahora es cuando más afloran los problemas, ahora es cuando
aparecen los futuros salvadores y ahora es cuando cada uno
va a buscar, más que en su propio “horno”, también, en el
horno donde se estuvieron cociendo los mejores panes.
Carracao, que sabe que es su oportunidad de oro para seguir
ahí en la escena, está recorriendo la ciudad, paso a paso.
No tiene más remedio, él tendrá que ganarse todo a base de
ofertas sobre lo que otros no dijeron, ni hicieron nada.
Siendo sinceros, es casi imposible que Carracao gane aquí
unas elecciones, pero le bastará con aumentar, en buen
número, los votos que tuvo en las anteriores elecciones,
para que en el PP se den cuenta de hasta donde han dejado de
llegar.
Y mientras esto se da, “pateando” la ciudad, el presidente
de la Ciudad aparece en la televisión, a nivel nacional, con
todos sus colegas de las alturas del PP, bien colocado, en
primera fila, donde más se le ve a uno y haciendo ahí un
papel que ya lo quisiera poder hacer aquí, cada día.
Es Cierto que Segovia, mejor dicho La Granja de San
Ildefonso, como toda Castilla-León, es una zona encantadora,
pero a Juan Vivas no le van a votar los de Salamanca, Zamora
o Fuentesaúco, a Juan Vivas le van a votar los vecinos de
Benzú, de Hadú o de la Calle Real, al menos, una parte de
los ceutíes que quieren que sus problemas les sean
solucionados, de verdad, con hechos, no con simples
palabras, y con hechos del presidente y de sus concejales,
algunos de los cuales, para no ser menos que los de otras
partes, lo están pasando poco bien, especialmente, por
ineptitudes, como la que denuncia Fátima Hamed a Castañeda,
su antiguo colega, del que ahora, ella nada tiene que saber,
ni decir.
En año de elecciones, con la que está cayendo y sabiendo lo
que sabe, Fátima Hamed recrimina a la Ciudad de Ceuta “que
quiera aumentar el pago del contrato de la limpieza en un
10%” y todo esto “no para tener mejores servicios”, sino
“para dar los servicios que se pedían en los pliegos”.
Si García Castañeda sigue ahí y los gastos llegan a lo que
pretende, ya se puede dar por no votado, en el último
domingo de mayo. Dejemos que pase el tiempo.
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