En esta bendita y complicada
profesión, de vez en cuando, más en cuando que en vez, los
que nos dedicamos a ella nos llevamos alguna alegría.
Alegría que se agradece en lo que vale, que nos permite, de
alguna manera, mitigar las críticas que recibimos de
aquellos a los que no les bailamos el agua.
Hemos escrito, en varias ocasiones, sobre la inmigración
ilegal que tanto afecta a Ceuta y Melilla, y las soluciones
que le hemos dado a todos esos que tanto nos critican, por
soportar lo que ellos no soportan, dándoselas de los más
buenos del mundo mundial, en defensa de esas criaturas.
La solución que siempre les hemos dado ante esas criticas,
las tienen en sus manos, en cuanto ellos quieran. Le hemos
dicho, por activa y por pasiva, que la solución a ese enrome
problema de esta pobre gentes, pasa porque cada uno de todos
estos críticos se lleve a su casa a uno o dos de ellos, les
eduque les de de comer y les busque un puesto de trabajo.
Son tantos los pertenecientes a esas asociaciones y ONG que
para ser justo, y no dejar a ninguno de ellos sin tener
acogidos a una o dos de esas pobres criaturas, nos deberían
dar una lista de todos sus afiliados o simpatizantes y por
orden alfabético les iríamos enviando a esta pobre gentes
para ser educados, alimentados y conseguir un puesto de
trabajo. Pues, nada, no hay forma, ninguno se quiere llevar
a su casa a nadie. Ahora, eso sí, Ceuta y Melilla reciben
todas las criticas del mundo mundial, por parte de estas
buenas personas, tan caritativas ellas, la mayoría de ellas
sin poner un euro de su bolsillo.
Pues, bien, la satisfacción que nos hemos llevado, se la
debemos al ministro del Interior, José Fernández, en su
contestación dada a las críticas vertidas por distintas
instituciones nacionales y europeas, la Iglesia y más de un
centenar de ONG obre la ilegalidad de las devoluciones en
caliente.
El ministro respondía así: “Si me dan la dirección donde a
esa pobre gente los podamos trasladar y garantizar su
manutención y que les den trabajo les aseguro que les
enviamos. Pero hay mucha hipocresía”, Y continúo diciendo:
“Desde despachos del norte de Europa que no tienen este
problema, desde el cetro de Europa o desde otro lugares que
dan lecciones de humanitarismo yo les diría que me den esa
dirección y que enviamos a este gente, eso sí, con el
compromiso de que les van a mantener y que les van dar un
puesto de trabajo adecuado a sus dignidad y a sus
competencias”.
O sea, con claridad meridiana, no me beso porque no me
llego, el ministro ha venido a decir en la entrevista
concedida a Antena 3 recogida por Europa Press, lo que el
menda lerenda, viene diciendo desde mucho antes que el
ministro concediera esta entrevista. Gracias, señor
ministro, por la satisfacción que me acabo de llevar, al
comprobar que no soy yo solo el que piensa así sobre este
asunto de esas pobres criaturas. Pero tenga la seguridad de
que ninguna de esas maravillosa y buenísimas personas, les
darán su dirección para que les envíe a alguna de estas
criaturas aunque, eso sí, continuarán las criticas sobre las
actuaciones que se llevan a cabo en Ceuta y Melilla. Es lo
que decía la sabia de mí abuela: “Mucho te quiero perrito
pero pan poquito”, y mucho menos si me tengo que “rascar” el
bolsillo.
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