De acuerdo con el diccionario de
la Real Academia Española, utilizamos en este artículo la
palabra valor como cualidad del ánimo, que mueve a acometer
resueltamente grandes empresas y a arrostrar los peligros.
No tiene que significar necesariamente la realización de
grandes gestas de masas, que sean premiadas con la entrega
de condecoraciones o medallas.
Por supuesto que el valor no es exclusivo de todos los
socialistas, puede encontrarse en cualquier formación
política, pero en este artículo se va a resaltar, de un modo
especial, el valor de una socialista que ante todo, como
decía Fernando Olmeda, “es coherente, cree en las ideas y
las defiende hasta el final.”
Nos estamos refiriendo a Carla Antonelli, Diputada
socialista de la Asamblea de Madrid y protagonista del
documental biográfico denominado “El viaje de Carla,” que ha
sido dirigido por el periodista Fernando Olmeda. El sábado
pasado tuvo lugar su visualización, con un coloquio
posterior en la sede del Partido Socialista de Madrid.
Describe la vida de Carla, una transexual que tuvo que
vencer, superar y enfrentarse a las múltiples barreras que
le pone el régimen anterior, pero que con fortaleza, firmeza
y no si grandes dificultades logra vencer, después de no
pocas vicisitudes.
La historia de Carla puede ser la historia de todas y todos
los que tuvieron que vivir con el franquismo, la transición
y finalmente con la democracia. No fue un camino fácil para
la mayoría, y tal como sucede en el documental, la
estructura social con las ideas, tradiciones y el sistema
jurídico imponen unas restricciones que limitan la libertad,
pero que a su vez castiga especialmente, como en el caso de
nuestra protagonista, cuando quiere ser coherente y ejercer
su derecho a la plena libertad, a la que todo ser humano
tiene opción simplemente por el hecho de ser una persona.
A raíz de recibir un premio en su pueblo vuelve a andar por
sus calles, que antes tenía que cruzar clandestinamente,
porque no era bien visto, ni estaba bien aceptado que una
persona pudiera llegar a ejercer sus derechos básicos, que
como ser libre tenía derecho a desarrollar, como podía ser
visitar a su madre. La cárcel, la violencia física y los
insultos es a lo que se tienen que enfrentar durante el
régimen anterior, los que mantienen la osadía de ser
coherentes y pretender defender sus ideas hasta el final, de
acuerdo con los más elementales derechos humanos.
Hasta 1979 no se derogan las últimas consecuencias de la Ley
de vagos y maleantes. Hasta 1995 no se deroga la figura de
escándalo público gracias al PSOE con el apoyo de Izquierda
Unida. Fue durante los Gobiernos del anterior Presidente
cuando se aprueban las principales leyes al respecto Como
dice el director del documental: Hubo gente que le echó
mucho valor, gracias a los que plantaron cara, como sucede
con Carla, se lograron finalmente consolidar estos derechos.
Ahora bien, la ley no lo resuelve todo, día tras día todos y
todas tenemos la obligación moral de seguir defendiendo lo
conseguido. También tenemos la opción democrática de
defenderlo en las urnas. Por ejemplo, con la llamada “Ley
mordaza”, recientemente aprobada por el actual Gobierno, que
nos retrocede a la época negra de una tiempo que creíamos
olvidado, pero que no tengo la menor duda que el Partido
Socialista muy bien dirigido por Pedro Sánchez a nivel
nacional, conseguirá cuando gobierne derogarla.
La educación, los maestros y las maestras en los colegios,
el profesorado en general de los Institutos y de la
universidad, son la mejor defensa y apoyo de la democracia,
de los valores, la igualdad, el respeto a la diversidad y la
singularidad, en definitiva el derecho a vivir en la plena
libertad. Gracias a nuestra Constitución, cuya reforma no
supone ningún problema legal, el camino de la libertad en
nuestro país es irreversible.
Para terminar, quiero hacer mención de grandes personajes
que han contribuido con su trabajo infatigable y su modo de
vida a la defensa de la libertad, entre ellos voy a citar a
Pablo Iglesias Posse (fundador del PSOE), Nelson Mandela,
Mahatma Gandhi, Patxi López, un lehendakari socialista
valiente, íntegro y competente, Eduardo Madina, los
socialistas vascos que murieron defendiendo la libertad y
los que no dudaron valientemente seguir dando la cara,
también los que lo hicieron de otros partidos incluyendo a
las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
La lista de reconocimientos sería interminable, pero no
quiero dejar de mencionar a algunos socialistas anónimos,
que como Carla Antonelli son socialistas en estado puro,
Timoteo González y Federico González. No pueden quedar al
margen los defensores de la libertad en Ceuta,
independientemente de la opción política. José Antonio
Carracao, otro socialista en estado puro, al que en
valentía, honestidad y transparencia ya quisieran parecerse
algunos que pretenden desprestigiarle.
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