Buenos días, gente.
Visionando los telediarios de las diversas cadenas, una
sombra de perplejidad cruza delante de los ojos de mi mente
porque estando como estoy, disfrutando del pleno sol desde
la terraza de mi casa, parece forzarme a no creer las
devastaciones que el fuerte viento hace en Catalunya.
Bueno, seguiré aprovechando el calor del sol mientras me
complico la vida escribiendo este artículo de opinión.
Lo que ya opiné hace tiempo se está cumpliendo al pie de la
letra. Entonces opiné que a la expulsión de los jueces
Baltasar Garzón y Elpidio Silva, entre otros, podría venir
las de otros que no satisficieran al poder ejecutivo del
Estado.
Aunque no es realmente una expulsión, si lo es que estén
persiguiendo apartar al juez Pablo Ruz Gutiérrez de los
casos que lleva. Lo apartaran de manera que tratan de
hacerla sibilina pero que es todo lo contrario a la
discreción.
Esa manera tan sibilina, que pretenden desde la conversación
con un “amigo juez”, llega a la trampa final: de que sea el
propio juez quién tenga que tirar la toalla para dar la
impresión de la ni la Moncloa ni el Gobierno de los jueces
han tenido nada que ver.
Lo aprobado en el Consejo de Ministros sobre la salida a
concurso de 282 plazas judiciales demuestra, a las claras,
tapar un cambio o tener el control del juzgado número 5 de
la Audiencia Nacional, el que lleva los casos que afectan
directamente al PP.
Lo ilógico, lo maquiavélico de esa orden (pues de eso se
trata, de una orden), es que se ceben en un juzgado que aún
tiene su propio titular, Miguel Carmona, que se encuentra en
comisión de servicios especiales en Londres, por lo que no
es obligatorio cubrir esa plaza mediante la convocatoria de
concurso.
Creo firmemente que el objetivo es el de apartar al juez Ruz
y con ello alargar el desenlace de los casos, que tienen
agarrados por los huevos, lo digo así de claro, a miembros
del PP. Un objetivo que busca la prescripción de los hechos,
ni más ni menos, o un cambio de agujas que los lleven a una
vía muerta.
¿Por qué no aplican el artículo 355 bis de la Ley Orgánica
del Poder Judicial?, sí hombre, ese artículo que permite
mantener a un juez en comisión de servicios como ejerciente
de la plaza, mientras el titular se encuentre en servicios
especiales, como es el caso de Miguel Carmona, actualmente
juez de enlace en Londres.
Jugada chapucera esa la de dejar en manos del propio Ruz la
elección de dejar de ser un juez con las manos libres y
capacidad de decisión o pasar a ser tutelado en la
investigación por corrupción política más importante de la
democracia.
Todo ello define claramente, muy claramente, la disposición
del Poder ejecutivo sobre el Poder Judicial, con lo que
demuestra la falta de independencia de nuestros jueces, que
ni pueden elegir libremente a todos los miembros del Poder
Judicial, como debería ser en una auténtica democracia, ni
pueden controlar esas decisiones tomadas por intereses
ajenos a la justicia.
Estas actuaciones gubernativas, como tantas otras, minan
fuertemente la moral de los ciudadanos españoles, que ven
como en el exterior se asombran, riéndose encima, de esas
actitudes melodramáticas, casi cómicas, de nuestros
gobernantes en una de las materias más serias como es la
judicial.
El PP, lo digo clara y seriamente, está siguiendo los pasos
de aquellos miembros de aquel Movimiento Nacional, de triste
recuerdo, que decidieron unirse a Alemania durante la II
Guerra Mundial. Están, ahora, plenamente sometidos a la
Merkel.
Ángela Merkel es la representante de una Alemania que no
ceja en su empeño por dominar Europa, tal como lo comenté en
uno de mis artículos anteriores, a través de su imposición
económica cuando no por las armas. Están, los alemanes,
realizando los mismos gestos de cuando lo hicieron a finales
de julio de 1914 y, por segunda vez, a primeros de
septiembre de 1939… su empeño en ser todo lo contrario a
razones humanas están claros: tratan que la raza aria sea
suprema, aunque empleando la economía que acabará
transformándose en armas de fuego. Al tiempo.
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