El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha
contestado este jueves a las críticas vertidas por distintas
instituciones nacionales y europeas, la Iglesia y más de un
centenar de ONG sobre la ilegalidad de las devoluciones en
caliente que si le facilitan “una dirección” donde a “esa
pobre gente” se les vaya a dar “manutención y trabajo”, les
envía para allá.
“Si me dan la dirección donde a esa pobre gente los podemos
trasladar y garantizan su manutención y que les dan trabajo
le aseguro que les enviamos. Pero hay mucha hipocresía”, ha
dicho en una entrevista en Antena 3 recogida por Europa
Press en relación a los migrantes que malviven en el monte
Gurugú, frente a la frontera de Marruecos.
Fernández Díaz respondía así sobre las denuncias reiteradas
contra la devolución sobre la marcha a Marruecos de los
migrantes que sean interceptados saltando las vallas de
Ceuta o Melilla, práctica que se legalizará mediante una
reforma de la Ley de Extranjería introducida en el proyecto
de Ley de Seguridad Ciudadana que el Congreso va a enviar
este jueves al Senado para seguir su tramitación.
“Desde despachos del norte de Europa que no tienen este
problema, desde el centro de Europa o desde otros lugares
que dan lecciones de humanitarismo yo les diría que me den
esa dirección y que enviamos a esta gente, eso sí, con el
compromiso de que les van a mantener y que les van a dar un
puesto de trabajo adecuado a su dignidad y a sus
competencias”, ha reiterado Fernández Díaz.
En su opinión, “hay mucha hipocresía”. “Si el problema se
resolviera cogiendo a esa pobre gente que está en el Gurugú
delante del perímetro fronterizo de Melilla o fuéramos a
Ceuta y cogiéramos a los miles de personas inmigrantes
ilegales y los metiéramos en España y así arreglásemos el
problema, le aseguro que yo lo hacía mañana”, ha asegurado.
‘No acepto lecciones’
Sin embargo, según ha dicho, “el problema es que el efecto
llamada sería de tal magnitud que centenares de miles de
inmigrantes que buscan un mejor futuro que el que tienen en
sus países de origen vendrían” y España “tiene la capacidad
de acogida que tiene”.
“Yo comprendo esos dramas humanitarios, cómo no los voy a
comprender, pero no acepto que nadie se considere que tiene
unos sentimientos humanitarios superiores a mi, y tampoco
inferiores. No acepto lecciones de humanitarismo por parte
de nadie”, ha zanjado.
El ministro ha insistido en “negar el concepto de devolución
en caliente” y ha asegurado que en las ciudades autónomas,
“lugares que no tienen comparación posible con otras zonas
de España y de Europa”, el objetivo es “simplemente, algo
tan elemental y tan complejo allí como es intentar impedir
que se entre ilegalmente” en España.
‘En España hay que entrar legalmente’
“Diría que si alguien tiene una solución distinta de la que
nosotros proponemos para cumplir lo que dice la ley, que a
España hay que entrar legalmente por los pasos fronterizos
habilitados al efecto y no ilegalmente ni masivamente y en
no pocas ocasiones violentamente; si alguien tiene una
fórmula distinta de operar a como lo hace la Guardia Civil
que nos lo diga. Hasta ahora nadie ha sido capaz de
decírnoslo”, ha asegurado.
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