Samia tiene apenas unos días para abandonar la casa en la
que vive desde hace más de cuatro años o será desalojada si
el juez no cambia de opinión. Y es que, una sentencia le
ordena salir de la vivienda en la que un día entró
ilegalmente ante la falta de un techo donde cobijar a su
familia. Aunque el abogado de Samia ha recurrido esta
decisión, la familia teme que no sirva para nada y verse en
la calle sin apenas recursos. Y es que, el único ingreso que
tienen Samia y su marido, de origen marroquí, son 280 euros
de ayuda. Ninguno de los dos trabaja y por eso han acudido a
Servicios Sociales en busca de una solución pero, según
cuentan, allí la única alternativa que les plantean es que
Samia y sus hijos se vayan a vivir con el padre de ella o
con la familia de su marido en Marruecos.
Aunque esta mujer es consciente de que la vivienda que ocupa
es militar, pide que le dejen seguir en ella en lugar de que
esta sea derruida y no se construya nada después. Si no,
espera que desde Servicios Sociales le faciliten una ayuda
de alquiler para no verse en la calle con sus hijos, ya que
el más pequeño no ha cumplido ni los dos meses.
Samia se siente impotente, pero también indignada y así lo
traslada su hermana en declaraciones a EL PUEBLO. Y es que,
según explica, en las casas adyacentes a la de su hermana
también hay otras familias ‘okupas’ a las que “no les ha
llegado ninguna carta” para que desalojen las viviendas.
Además, Samia lleva empadronada en la vivienda varios años,
por lo que no entienden por qué si le aceptaron que se
empadronara y ahora la quieren echar de la casa sin darle
ninguna alternativa. La vivienda, aunque ni siquiera tiene
luz, está llena de humedades y no tienen apenas comodidades,
es el único cobijo de esta familia que teme que cada día
pueda ser el último que pasen en lo que ha sido su hogar
estos últimos años.
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