El actual Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de
Ceuta, que el pasado 6 de febrero era Teniente Coronel en la
misma, no dio orden de ejecutar la devolución a Marruecos de
los 23 inmigrantes que llegaron a la playa del Tarajal el
pasado 6 de febrero, tras un intento de entrada en el que
perecieron 15 personas. Según ha declarado al juzgado que
investiga la causa, no dictó esa orden porque los
inmigrantes no habían entrado en España y por tanto, no era
necesario.
Así lo recoge el informe que la Policía Judicial de la
Comandancia de la Guardia Civil en Ceuta ha remitido al
juzgado de instrucción número 6 de la ciudad autónoma, donde
se investiga la muerte de los cinco migrantes cuyos cuerpos
fueron recuperados en aguas españolas. El documento, al que
ha tenido acceso Europa Press, recoge toda la información
facilitada al juez por la Benemérita hasta la fecha.
El entonces Teniente Coronel ha declarado al juez que “no
tiene conocimiento de que se produjese ninguna devolución de
inmigrantes” y que “lo que sí se produce es un
‘rechazamiento’ de un número de inmigrantes que pretendían
llegar a España, sin consumar dicha entrada”, una actuación
que según afirma, “no necesita de su autorización expresa
puesto que se enmarca dentro del Protocolo Operativo de
Vigilancia de Fronteras”.
En la toma de declaración, fue preguntado por si al llegar a
la zona, sobre las 8,15 horas de aquella mañana, “observó la
presencia de inmigrantes en territorio español”, a lo que
contesta “que cree recordar que una embarcación semirígida,
posiblemente la utilizada por los GEAS (buzos), desembarcó
en la zona del espigón a unos inmigrantes que eran
escoltados por otros agentes para su entrega a las
Autoridades Marroquíes”.
Fuerzas marroquíes les retiraron de la zona
“Este hecho no le extrañó puesto que es conforme al
Protocolo Operativo de Vigilancia de Fronteras, viendo que
se desarrollaba con total normalidad”, declaró el entonces
Teniente Coronel, la persona que ordenó a los GEAS el
rastreo de la zona en busca de cadáveres y ofreció a
Marruecos la colaboración de la Guardia Civil para la
localización y rescate de los cuerpos que se hallaban en sus
aguas, ofrecimiento que fue rechazado.
“Las Autoridades marroquíes, una vez que los recepcionan,
tras comprobar que no se encuentran heridos o presentan
lesiones los retiran de la zona hacia el interior de
Marruecos, donde tenían a los otros inmigrantes controlados,
al entender igualmente que los inmigrantes no habían
consumado, conseguido, su entrada en territorio español”,
añadió en su declaración judicial.
No hubo una orden
Dos de los agentes que participaron en el traslado por la
playa declararon al juez que lo hicieron sin recibir ninguna
orden. “Manifiesta que no recibió orden concreta, sino que
él mismo podía observar que a los inmigrantes los iban
trasladando a una zona próxima al espigón del Tarajal, por
lo que procedió a realizar la misma maniobra con los
inmigrantes que él recepcionaba”, dice una de las
declaraciones.
El otro agente fue en la misma línea: “Manifiesta que no
recibió orden concreta, sino que él mismo podía observar que
a los inmigrantes los iban trasladando hasta una zona
próxima al espigón del Tarajal, por lo que procedió a
realizar la misma maniobra con los inmigrantes que él
recepcionaba”, dice su declaración.
En total, 23 personas consiguieron llegar a la playa ceutí
aquella mañana. Unas lo hicieron a nado y otras, ayudadas
por los equipos de la Guardia Civil que se encontraban en el
agua o al pie del espigón. Según las declaraciones, los
migrantes fueron agrupados en la orilla y escoltados a
continuación hasta una zona próxima al espigón, donde
agentes de la Unidad Territorial “los entregaban
paulatinamente a los agentes de Marruecos”.
Distintas instituciones, expertos y ONG tacharon esta
práctica de “devolución en caliente”. El Ministerio del
Interior viene defendiendo que fue un “rechazo” y que no
entraron en España porque no rebasaron el dispositivo de
seguridad desplegado en la playa, siguiendo el mencionado
protocolo operativo de vigilancia de fronteras, que data de
2005. Ha emprendido una reforma de la Ley de Extranjería
para recoger específicamente esta práctica en Ceuta y
Melilla, bajo la figura de “rechazo en frontera”.
No se apreciaron lesiones
Según las declaraciones de los distintos agentes que
participaron en esta fase del operativo, ninguno de los
inmigrantes presentaba lesiones o heridas ni necesitaba
atención sanitaria, aunque todos coinciden al señalar que
los encontraron muy cansados. Un guardia civil dice que un
inmigrante hizo “flexiones en la playa” y otro afirma que
“alguno de ellos profería gritos de ‘Viva Juan Carlos’ y
‘Gol de Iniesta’”. También se escuchó algún “Te quiero,
España”.
Otro de los agentes que recepcionaron a los nadadores en la
playa, declaró que “en todo momento tenían actitud de
colaboración”. “El traslado lo hizo desde la orilla por
donde salieron del agua, donde permanecieron sentados hasta
que al observar que estaban trasladando a los inmigrantes
hasta la zona próxima a la garita del Tarajal. Durante el
traslado, a fin de mantener al grupo unido y controlado, se
les dio indicaciones para que se cogieran de la mano, hecho
que accedieron sin oposición ninguna”, señaló.
No tuvo la misma percepción otro de los agentes, quien
declaró al juez que los inmigrantes “si bien no se resistían
contundentemente, no colaboraban en ningún momento,
haciéndose incluso pesos muertos tumbándose en el suelo y
negándose a levantarse, teniendo que ayudarles entre dos
compañeros en varias ocasiones”.
Sólo se reseña un caso en el que dos guardias civiles
tuvieron que hacer uso de la fuerza y fue para izar a una
persona que, según declaran varios agentes, presentó
“resistencia pasiva” para evitar la devolución. Le
levantaron entre dos para que siguiera caminando por su
propio pie, según las declaraciones recopiladas en el
informe.
|