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sociedad - MIÉRCOLES, 10 DE DICIEMBRE DE 2014


incidentes del 6 de febrero. ep.

Devolución a Marruecos de los 23 inmigrantes que llegaron a la playa del Tarajal el 6 de febrero
 

No hubo orden expresa de
devolver en caliente a los supervivientes del Tarajal

El entonces Teniente Coronel ha declarado al
juez que “no tiene conocimiento de que se produjese ninguna devolución” y que “lo que sí se produce es un ‘rechazamiento’ de los inmigrantes que pretendían llegar a España, sin consumar dicha entrada”

CEUTA
El Pueblo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El actual Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Ceuta, que el pasado 6 de febrero era Teniente Coronel en la misma, no dio orden de ejecutar la devolución a Marruecos de los 23 inmigrantes que llegaron a la playa del Tarajal el pasado 6 de febrero, tras un intento de entrada en el que perecieron 15 personas. Según ha declarado al juzgado que investiga la causa, no dictó esa orden porque los inmigrantes no habían entrado en España y por tanto, no era necesario.

Así lo recoge el informe que la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil en Ceuta ha remitido al juzgado de instrucción número 6 de la ciudad autónoma, donde se investiga la muerte de los cinco migrantes cuyos cuerpos fueron recuperados en aguas españolas. El documento, al que ha tenido acceso Europa Press, recoge toda la información facilitada al juez por la Benemérita hasta la fecha.

El entonces Teniente Coronel ha declarado al juez que “no tiene conocimiento de que se produjese ninguna devolución de inmigrantes” y que “lo que sí se produce es un ‘rechazamiento’ de un número de inmigrantes que pretendían llegar a España, sin consumar dicha entrada”, una actuación que según afirma, “no necesita de su autorización expresa puesto que se enmarca dentro del Protocolo Operativo de Vigilancia de Fronteras”.

En la toma de declaración, fue preguntado por si al llegar a la zona, sobre las 8,15 horas de aquella mañana, “observó la presencia de inmigrantes en territorio español”, a lo que contesta “que cree recordar que una embarcación semirígida, posiblemente la utilizada por los GEAS (buzos), desembarcó en la zona del espigón a unos inmigrantes que eran escoltados por otros agentes para su entrega a las Autoridades Marroquíes”.

Fuerzas marroquíes les retiraron de la zona

“Este hecho no le extrañó puesto que es conforme al Protocolo Operativo de Vigilancia de Fronteras, viendo que se desarrollaba con total normalidad”, declaró el entonces Teniente Coronel, la persona que ordenó a los GEAS el rastreo de la zona en busca de cadáveres y ofreció a Marruecos la colaboración de la Guardia Civil para la localización y rescate de los cuerpos que se hallaban en sus aguas, ofrecimiento que fue rechazado.

“Las Autoridades marroquíes, una vez que los recepcionan, tras comprobar que no se encuentran heridos o presentan lesiones los retiran de la zona hacia el interior de Marruecos, donde tenían a los otros inmigrantes controlados, al entender igualmente que los inmigrantes no habían consumado, conseguido, su entrada en territorio español”, añadió en su declaración judicial.

No hubo una orden

Dos de los agentes que participaron en el traslado por la playa declararon al juez que lo hicieron sin recibir ninguna orden. “Manifiesta que no recibió orden concreta, sino que él mismo podía observar que a los inmigrantes los iban trasladando a una zona próxima al espigón del Tarajal, por lo que procedió a realizar la misma maniobra con los inmigrantes que él recepcionaba”, dice una de las declaraciones.

El otro agente fue en la misma línea: “Manifiesta que no recibió orden concreta, sino que él mismo podía observar que a los inmigrantes los iban trasladando hasta una zona próxima al espigón del Tarajal, por lo que procedió a realizar la misma maniobra con los inmigrantes que él recepcionaba”, dice su declaración.

En total, 23 personas consiguieron llegar a la playa ceutí aquella mañana. Unas lo hicieron a nado y otras, ayudadas por los equipos de la Guardia Civil que se encontraban en el agua o al pie del espigón. Según las declaraciones, los migrantes fueron agrupados en la orilla y escoltados a continuación hasta una zona próxima al espigón, donde agentes de la Unidad Territorial “los entregaban paulatinamente a los agentes de Marruecos”.

Distintas instituciones, expertos y ONG tacharon esta práctica de “devolución en caliente”. El Ministerio del Interior viene defendiendo que fue un “rechazo” y que no entraron en España porque no rebasaron el dispositivo de seguridad desplegado en la playa, siguiendo el mencionado protocolo operativo de vigilancia de fronteras, que data de 2005. Ha emprendido una reforma de la Ley de Extranjería para recoger específicamente esta práctica en Ceuta y Melilla, bajo la figura de “rechazo en frontera”.

No se apreciaron lesiones

Según las declaraciones de los distintos agentes que participaron en esta fase del operativo, ninguno de los inmigrantes presentaba lesiones o heridas ni necesitaba atención sanitaria, aunque todos coinciden al señalar que los encontraron muy cansados. Un guardia civil dice que un inmigrante hizo “flexiones en la playa” y otro afirma que “alguno de ellos profería gritos de ‘Viva Juan Carlos’ y ‘Gol de Iniesta’”. También se escuchó algún “Te quiero, España”.

Otro de los agentes que recepcionaron a los nadadores en la playa, declaró que “en todo momento tenían actitud de colaboración”. “El traslado lo hizo desde la orilla por donde salieron del agua, donde permanecieron sentados hasta que al observar que estaban trasladando a los inmigrantes hasta la zona próxima a la garita del Tarajal. Durante el traslado, a fin de mantener al grupo unido y controlado, se les dio indicaciones para que se cogieran de la mano, hecho que accedieron sin oposición ninguna”, señaló.

No tuvo la misma percepción otro de los agentes, quien declaró al juez que los inmigrantes “si bien no se resistían contundentemente, no colaboraban en ningún momento, haciéndose incluso pesos muertos tumbándose en el suelo y negándose a levantarse, teniendo que ayudarles entre dos compañeros en varias ocasiones”.

Sólo se reseña un caso en el que dos guardias civiles tuvieron que hacer uso de la fuerza y fue para izar a una persona que, según declaran varios agentes, presentó “resistencia pasiva” para evitar la devolución. Le levantaron entre dos para que siguiera caminando por su propio pie, según las declaraciones recopiladas en el informe.
 


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