Compras navideñas, luces iluminando las calles por doquier.
He de decir que me encantan estas fechas no por lo
religioso, ni por los regalos, sino por poder tener a la
familia unida en casa, por esa sensación de calor que se
nota en el ambiente. Pero, he de decir también, que odio
estas fechas por el espíritu consumista que domina al ser
humano, por los millones de anuncios que van inspirando
esperanza cuando ves que, en estos tiempos de crisis, en los
que tenemos millones de personas en paro, tiempos en los que
ves vagabundos con mucha más frecuencia por las calles que
hace unos años, sin techos, desamparados por equis causas.
Cuando veo eso solo siento la necesidad de que tengan un
hogar, de que ellos también se reúnan con sus familiares y
sientan esa necesidad de calor como los que pueden tenerlo.
De que, al menos, se sientan como “en casa” durante el día
de Navidad. Desde aquí, aclamo que desde nuestras
posibilidades ayudemos a toda esa gente que de verdad lo
necesite. No es justo que millones de familias se hayan
quedado en la calle por intentar dar de comer a varias bocas
y que estén ahora deambulando por las calles, hagamos lo
posible por ellos. ¡Gracias!
* Secretario de Política Institucional y Empleo de JSCE
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