Menos mal, porque parecía el
“chiringuito” de unos pocos, en donde los cambios no tenían
cabida, y así un año y otro, y otro más. Ahora,
afortunadamente, la “experiencia” puede dar paso a la
juventud, a gentes nuevas que aportarán innovaciones al
sindicato. ¡Falta hacía!.
Cándido Méndez y su aspecto parecían la marca en el
sindicato de clase “UGT”, hasta que, hace muy pocos días,
adelantó que en 2016, en el próximo Congreso Confederal ya
no se volverá a presentar como candidato, para seguir al
frente de este sindicato.
Ya era hora, porque Méndez se hizo con las riendas de UGT,
en los comienzos de la década de los 90, del pasado siglo y
desde entonces el sindicato ha tenido de todo y ha estado en
todo, lo pasable y lo menos pasable, lo potable y lo que no
se podía beber. Ha pasado por momentos aceptables, pero los
escándalos no se han quedado fuera de este sindicato y desde
Madrid a Andalucía, desde los ERE a las tarjetas “black”,
UGT ha tenido su cuota de participación, no sé si en lo más
alto o un poco menos, pero no se ha librado de ello, aunque
desde todos los ángulos del sindicato se hayan querido
esquivar responsabilidades.
Y si en la parte alta del sindicato se ha tomado una
decisión, no hubiera sido potable que en las altas esferas
provinciales o regionales se hubiera mantenido la “simple
calma” y para ellos eso no contara. No ha sido así y el
secretario general del UGT en Ceuta, Antonio Gil, también va
a dejar el cargo, tras haber permanecido en él casi veinte
años, que ya es tiempo.
Me agrada que se vayan dando estos pasos, porque lo que
realmente parecía y podía hasta ser posible, es que en todos
esos organismos u organizaciones habían recibido la lección
de Don Francisco y la estaban llevando a rajatabla, aunque,
aparentemente, quisieran decir que estaban a años luz de sus
doctrinas.
Es cierto que Antonio Gil se marchará tras haber recibido el
respaldo de sus compañeros, en repetidas ocasiones, la
última vez en el X Congreso Regional Ordinario hace año y
medio.
Repito que es la ideal hora del “adiós” y es la hora de que
otras generaciones se dejen ver, ocupen cargos y, si es
posible, varíen las rutas que ahora ya se estaban quedando
excesivamente añejas.
Y lo chocante es que ahora, a la hora de marcharse, en
concreto, Antonio Gil apueste por la limitación de mandatos,
viendo eso como algo positivo, justo lo contrario de lo que
él y otros como él han venido practicando.
No olvidemos que Antonio Gil fue elegido en cinco ocasiones
y fue elegido cinco veces porque él, en ese instante, quería
seguir y no se prestaba al “cambio”.
Antonio Gil no será secretario general, pero tampoco se va a
alejar de UGT, quedará en una situación de compromiso, con
las nuevas corrientes, pero con la experiencia acumulada en
un sindicato que lo ha sido todo, o casi todo, en su vida.
Queda claro que en lo que no voy a estar de acuerdo con
Antonio Gil que, dicho sea de paso, siempre me pareció una
persona sana y honrada, es en eso que ahora defiende de la
limitación de mandatos, en lo que cree que él da el primer
paso aquí en Ceuta.
Debemos admitir su gestión, su buena voluntad, pero no su
modelo de renuncia, ahora, con casi veinte años de mandato a
sus espaldas aunque haya sido elegido, reelegido y vuelto a
elegir. Todo eso sobra.
Un mandato está bien, posiblemente dos sean lo ideal, pero,
a partir de ahí “puente de plata” y que vengan otros, a
igualarlo, a mejorarlo, a superarlo ... , pero uno solo,
durante tantos años no.
Y es que aquí en Ceuta, que es donde vivimos, eso de
asentarse en una poltrona y creer que ya es suya empieza a
ser demasiado frecuente, en sindicatos, partidos políticos,
Ayuntamiento, algunos institutos ..., etc. etc, cuando las
alternancias en el poder es lo más positivo.
Sea como sea, lo cierto es que Antonio Gil está dispuesto a
dar un primer paso. ¡¡Que sea para bien!!, y que otros sigan
su camino, Aróstegui y algunos otros que quedan citados.
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