Tras algo más de un año de lucha, Arjan Sundardas falleció
ayer en Madrid. El suyo era un cáncer sin solución, pero él,
como buen emprendedor, luchó hasta el final. A sus 42 años,
Sundardas se va dejando un legado importante entre el que
destaca la Escuela de Negocio del Mediterráneo (ENME). El
mismo reconoció que era “la niña de sus ojos” en
declaraciones a EL PUEBLO el pasado mes de junio. Fue
durante una entrevista con motivo del galardón que le había
concedido la Asociación de Proveedores de Red, Internet y
Telecomunicaciones (asLAN). Un premio con el que se
reconocía su trayectoria profesional como Chief Information
Officer (CIO). Pero no ha sido el único. A Sundardas se le
ha reconocido en diversos ámbitos, tanto dentro como fuera
de España. Entre los últimos premios que recogió figuran el
premio CIO Forum 2013 en la categoría de CIO del año del
Sector Público, otorgado por la revista ComputerWorld, del
Grupo IDG, o el premio al “Best Business School Professor in
Asia 2011” como profesor de Dirección de Sistemas de
Información.
Para él, obtener el respaldo de la profesión fue
especialmente importante en el último año y así lo reconocía
el pasado mes de junio. Un mes antes, Sundardas intervino en
la clausura de la IV edición del Programa de Dirección que
se ha desarrollado hasta ahora en la ENME. Aunque no pudo
viajar a Ceuta, el director de la escuela no quiso perderse
este acto en el que se ponía fin a la cuarta promoción de un
programa que comenzó seis años atrás con la idea de poner en
marcha una Escuela de Negocios con el objetivo de que fuera
un referente en el sur de España, pero también en el norte
de África. Una idea que salió adelante gracias al trabajo y
esfuerzo de Sundardas, quien movilizó a compañeros y amigos
del Instituto de Empresa para dotar a la ENME de un claustro
con profesionales de reconocida trayectoria.
Ahora, la ENME queda como su legado, el de un emprendedor
para el que no existían fronteras, ni barreras, que ya
estaba pensando en cómo darle un giro a su querida Escuela
de Negocios para ampliar su oferta y pasar a contar con
cursos más breves y que abordarán otros aspectos del mundo
de la economía. Su espíritu emprendedor fue un ejemplo que
ahora queda perpetuado en la ENME de Ceuta, una ciudad que
llevó siempre por bandera.
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