Hace alrededor de un año, las calles de Patio Castillo se
levantaron para arreglar su alcantarillado. Una mejora que a
Fatima Lahssen sólo le ha traído problemas. Desde entonces,
las paredes de su casa rezuman agua y su salón está
encharcado constantemente. Esto ha provocado que el asma que
padece empeore y ha hecho mella en su estado de ánimo. Y es
que, Fatima no puede parar de llorar. Sus hijos cuentan como
se pasa el día pendiente de las paredes para que el agua no
se extienda por toda la casa. Para ello utiliza toallas que
pone en el suelo para que empapen el agua que sale de las
paredes. Pero estas hay que cambiarlas cada tres o cuatro
horas. “No duerme por las noches, porque se levanta dos y
tres veces a cambiar las toallas”, explica su nuera.
Mientras atendía ayer a EL PUEBLO, Fatima no podía dejar de
llorar. “Esto era una barraca y nunca me había pasado esto”,
lamentaba. El ambiente en su casa es insoportable. La
humedad y el frío se sienten en el umbral de la puerta y en
la habitación donde se producen las filtraciones no se puede
estar cuando pasan unos minutos. Sin embargo, para Fatima
esta es la única realidad que conoce. A sus 84 años, esta
mujer no quiere salir de su casa y sus hijos temen por su
salud, que aseguran que ha empeorado durante los últimos
meses.
Los hijos creen que las filtraciones de agua son a causa de
la nueva red de alcantarillado. “No le echamos la culpa a
nadie, pero desde que arreglaron esta zona entra agua y
nunca había pasado antes”, traslada uno de sus hijos.
En el momento en el que detectaron que comenzaba a filtrarse
agua de las paredes, algo que se comprueba a simple vista,
los hijos acudieron a distintas áreas de la administración
local, entre las que se encuentra Acemsa. Desde entonces
varios técnicos han ido a la casa. “Vienen, miran, echan
fotos y se van”, señala el hijo de Fatima para lamentar que,
hasta el momento, no le han ofrecido ninguna solución. Por
eso, ya no saben a dónde acudir. “No hemos parado de
reclamar, incluso los miembros de Caballas han estado aquí”,
afirma.
Impotentes
La familia de Fatima también ha barajado la posibilidad de
intentar solucionar las filtraciones por su cuenta, pero
temen que al tratarse de la red de alcantarillado y ser de
dominio público todavía les denuncien. O incluso, les
preocupa dañar el alcantarillado y que les pidan cuentas a
ellos. Por eso, esperan que atiendan a sus reclamaciones.
Mientras tanto, se sienten impotentes al ver cómo Fatima
tiene que vivir en unas condiciones tan precarias. Y es que,
su nuera explica como ni siquiera pone la calefacción
porque, al padecer de asma, le perjudica.
Fatima, a sus 84 años, vive sola, y aunque tiene a sus
familia pendiente de ella, sus hijos no quieren que continúe
en esas condiciones que han llegado sobrevenidas tras la
obra.
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