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OPINIÓN - SÁBADO, 6 DE DICIEMBRE DE 2014

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Asesinos sueltos
 


Jesús Carretero
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

Y aquí parece que no ha pasado nada, cuando ya hace casi una semana que un “ultra” del Deportivo de la Coruña perdió la vida en una refriega siniestra, en las inmediaciones del Vicente Calderón.

Esto no extraña ya a nadie y es, realmente, milagroso que no haya más desenlaces trágicos cada semana, con la “calaña” que anda suelta, en las inmediaciones de los campos de fútbol, cada vez que se va a jugar un encuentro.

En este caso creo que ha habido demasiados puntos negros y muy poquitos “han dado la talla”, para haber tratado de que la situación no llegara a estos términos.

Lo más fácil, para muchos, es decir ahora que falló o que no estuvo a punto la policía para haber enmendado esa auténtica batalla campal.

Sin embargo, lo auténticamente cierto, la verdadera realidad es que, desde la mayoría de los clubes se está arropando a todos estos desalmados, que de aficionados no tienen nada y que, en unos casos han sido los mimados de ciertas directivas e incluso de varios jugadores, mientras que en otros casos todavía lo siguen siendo.

Y que es difícil erradicar a toda esta gentuza de las inmediaciones de los campos de fútbol es un hecho, pero si dos presidentes de equipos grandes, Juan Laporta en el Barcelona y Florentino Pérez, en el Madrid, han sido capaces de echar fuera del Camp Nou y del Santiago Bernabéu, a todos aquellos que eran la vergüenza de esos clubes, otros también podrían hacerlo o, al menos, intentarlo, sabiendo de antemano que muchos de estos, auténticos delincuentes, intentarán tomarse la justicia por su mano y si no, ahí están las pruebas de constantes y continuas amenazas a Laporta y las gravísimas amenzas a Florentino Pérez, habiendo llegado, incluso, a profanar la tumba de su esposa.

Con más tacto, con más temple “Jimmy”, que es como apodaban al fallecido hincha del Coruña, a estas horas no estaría ya muerto, pero es que personas como el difunto “Jimmy” son los mayores responsables de la mayor parte de las algaradas de cada semana.

Parece que este Jimmy pertenecía a la facción más dura y radical de los Riazor Blues, que, además, contaba con un largo historial de fechorías inconfesables.

Y aquí puede estar el quid de la cuestión, en el por qué podía seguir andando a sus anchas, viajando con sus colegas ultras y sin que nadie, desde el ámbito policial, le hubieran tenido, a buen recaudo, en la comisaría cada vez que había partido de fútbol.

Y tras la muerte los silencios, las contradicciones y los asesinos sueltos, cuando estos movimientos no son deporte, son auténtica violencia y tras todo ello con muchos responsables.

Y contra lo que se pueda decir, desde ciertos órganos de seguridad, aquí ha fallado algo, o ha fallado mucho, porque las imágenes que no mienten y que hablan por sí solas, nos demuestran que estos altercados estaban más que planificados, no fueron casuales, por cuanto todos y digo todos, iban perfectamente armados, con palos, cuchillos y con lo que luego podían ir cogiendo de los lugares, por donde iban pasando.

El partido, en teoría, según algún ilustre iluminado, era de bajo riesgo, en sí lo podría haber sido, pero con lo que “estaba tramado” se había convertido en uno de los choques más peligrosos de la temporada, “altísimo riesgo”.

Ahora queda toda la resaca, porque los que no admiten la ley no tienen miedo a que esa ley caiga sobre ellos y ya veremos en qué medida y con qué fuerza actúan los tribunales, en estos casos. De momento, un muerto, y con ello dos huérfanos, aunque Jimmy sabía que iba a salir en la prensa.
 

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