Es lo que, con toda la razón, y
sabiendo por donde andan, acaba de dar la Delegación del
Gobierno, en un asunto tan especial como puede ser un paso
fronterizo.
Lo de los plenos en Ceuta, desde hace años, ha dado para
escribir miles de novelas y algún que otro sainete, pero
hasta ahora, todo hay que decirlo, no se había traspasado
ninguna línea roja, como se intenta traspasar ahora con el
intento de la apertura de Benzú, como paso de mercancías.
Hace ya unos treinta años, todos recordamos un pleno, en las
fechas de los carnavales, cuando un concejal, entonces no se
auto denominaban de otra forma, apareció vestido de torero,
hizo el paseillo y fue a saludar el presidente, que era el
correspondiente alcalde.
Aquel pleno empezaba a tono con las fiestas de aquellos días
y punto. Lo de ahora tiene otro calado y la Delegación del
Gobierno, que sabe muy bien el terreno que pisa, ha dicho
basta.
Y en el centro de todo el alboroto, como no podía ser de
otra forma, aparece Caballas que quiere vender una mercancía
“añeja” y “en malas condiciones”, para contentar a dos
docenas de posibles votantes suyos.
La Delegación del Gobierno volvió a estar en su sitio, el
Pleno y los aires de grandeza, que no sé quien se los ha
dado, hicieron el ridículo. Delegación del Gobierno, por si
el Pleno o parte de él no se ha enterado aún, es el
organismo que representa directamente al Gobierno de España
y ha reprochado a Caballas, pero también al Gobierno de Juan
Vivas, ese planteamiento absurdo y “mal sonante” que han
tratado de llevar a cabo.
Delegación del Gobierno les ha puesto todos los puntos sobre
las “íes” y les ha hecho ver que “este tipo de
posicionamiento determina un grado preocupante de
incoherencia. Una incoherencia que afecta a Caballas, pero
también, y muy especialmente al grupo “desnortado” del PP en
el Ayuntamiento.
¿Dónde estaba la mente lúcida del PP, en el Ayuntamiento,
para “tragar” con esa incoherencia?. Nadie, con dos dedos de
frente y al PP del Ayuntamiento se le suponía que los tenía,
hubiera podido entrar “con patines” en algo así, porque “el
solo estudio de esta cuestión, aprobado por una
Administración no competente, genera de hecho una
confusión”, confusión que puede traer otras consecuencias
cara al futuro.
Con esto del paso y reapertura de Benzú se ha visto el
talante y el tipo de conocimientos que hay en los gestores
de la Santa Casa Madre, donde parece que ignoran que la
gestión de una frontera, sea la que sea, es una
responsabilidad, alta responsabilidad, que siempre asumen y
organizan dos Estados.
Y cuando llega la sensatez, como llegó en la intervención de
Carracao, en su proposición de llegar a lograr una aduana
comercial con Marruecos, no podía faltar el “Oráculo de
Delfos” para salir, ¡cómo no!, con una pata de banco, cosa
que, por otra parte, implica cada actuación suya:”había
escuchado muchísimas tonterías de Carracao, pero lo que
atañe a la aduana comercial es la gota que colma el vaso”.
Uno quiere pensar que Aróstegui está fuera del bien y del
mal, porque si estuviera en sus cabales uno tendría que
pensar que todas sus manifestaciones sólo sirven para
molestar al contrincante que le sale al paso.
Ni que decir tiene que el “Oráculo de Delfos”, o sea
Aróstegui, vive un mundo aparte plagado de gilipolleces, y
que sale a escena cada vez que alguien propone algo
coherente.
Y es que, además, Carracao había afirmado algo normal y es
que “creer que por abrir Benzú se va a ir a la mitad del
flujo allí es ingenuo”. Y razón tiene Carracao, pero ... hay
quien sigue queriendo ser el niño, el novio o el muerto,
depende en qué casos.
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