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Tres de diciembre, fecha declarada
internacionalmente como Día de las Personas con
Discapacidad. En esta fecha es natural el regocijo de las
personas con discapacidad y sus organizaciones porque el
mundo entero vuelve sus ojos hacia este sector minoritario y
discriminado. Es el mejor momento para destacar con
actividades y denuncias lo lejos que nos encontramos de
lograr las aspiraciones mínimas de integración e inclusión
social, que como sector defendemos. Recientemente se vivía
en Ceuta un hecho insólito de una resolución del SEPE que
concedía, a una academia, subvenciones para impartir unos
cursos pese a que sus instalaciones no cumplían con la
normativa vigente sobre accesibilidad universal y proponía
una situación un incoherente.
Este tipo de situaciones, de humillaciones, conscientes o
no, son las que hoy día 3 de diciembre se denuncian y toman
más relevancia con el fin de concienciar a una sociedad para
que no se vuelvan a producir. Hay que seguir eliminando
barreras y entre todos lograr crear una sociedad donde este
colectivo se sienta completamente integrado y participativo.
España y especialmente Ceuta tiene mucho camino que recorrer
en este sentido, existen todavía muchas barreras, muchos
incovenientes y muchas cuestiones que hay que eliminar de
una vez por todas para que las personas con algún tipo de
discapacidad no se vea apartadas de una sociedad a la que
pertenecen y a la que pueden aportar mucho.
Eso sí, la sociedad tiene mucho que decir pero también las
administraciones, las cuales deben de hacer un esfuerzo
mayor para lograr este propósito y no acordarse de las
personas con discapacidad solo cada 3 de diciembre.
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OPINIÓN / EDITORIAL
