Si la pasada semana compartía con
ustedes algunas reflexiones sobre las irregularidades
detectadas en el denominado caso Errejón, en esta ocasión,
centraré mi artículo en la inmoralidad de la diputada
regional y aspirante a candidata de IU a la Presidencia de
la Comunidad de Madrid, Tania Sánchez, al adjudicar un
contrato de 136.851,41€ a una sociedad participada por su
hermano, cuando esta ostentaba la concejalía de Cultura,
Festejos y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Rivas
Vaciamadrid.
Las pruebas así lo demuestran, pues el domicilio social de
la cooperativa dirigida por el hermano de Tania Sánchez,
adjudicataria del contrato señalado, era el mismo de la
residencia personal del hermano de la concejala comunista.
Aunque, hablar de adjudicaciones entre miembros de esta
familia es habitual pues, esta misma diputada fue la
adjudicataria de un dúplex de 100 metros cuadrados con plaza
de garaje y trastero de protección oficial, cuando su padre
ostentaba responsabilidades de gobierno en el ejecutivo
municipal.
Aunque, no crean ustedes que la única beneficiada por esta
adjudicación fue la pareja sentimental del líder de
“Utopía”, Tania Sánchez, también lo fueron al menos una
veintena de cargos y familiares de miembros de la izquierda
más progresista de la localidad de Rivas, entre los que se
encontraban el actual alcalde, su padre, dos hermanas, la
hija de un exalcalde, una exconcejala y un hijo de otra ex
cargo de IU, ahora miembro de Equo, actuales socios
políticos de Caballa.
En definitiva, quienes han conseguido atribuir el término
“casta” a las conductas más deleznables de la sociedad
actual, han protagonizado las últimas informaciones
conocidas al respecto, a pesar de no ostentar aún el poder
que tanto ambicionan. Aunque, después de comprobar las
irregularidades de Errejón y Tania Sánchez así como, las
justificaciones esgrimidas por el “gurú” de “Utopía, cabría
plantearse cuales son las verdaderas intenciones de estos
aspirantes a gobernar España.
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