Se veía venir y, particularmente,
me alegro que Fátima Hamed haya dado el paso definitivo,
mostrando a la ciudadanía de Ceuta su:” Movimiento por la
Dignidad y la Ciudadanía de Ceuta”. Sin embargo, tras ver
esa presentación, parece que algo va en contradicción con el
propio nombre del partido, al asegurar que no saben o no
dicen si van a concurrir a las elecciones. Ahí puede estar
el fallo, si nos quedamos en eso de “amagar y no dar”. Y es
que Fátima Hamed ya sabe lo que hay en la “Santa Casa Madre”
y mostrarse disconforme con un simple manifiesto es “nada”,
por considerar que es estar dejando el camino libre a los
que vienen entorpeciendo la marcha en la Ciudad.
Mucha juventud vemos en este nuevo partido y ello lo tenemos
que considerar positivo, porque ya está bien que desde hace
doce años o más, con parecido “atuendo” sigamos viendo las
mismas y parecidas caras en el Ayuntamiento y, naturalmente,
marchando por los mismos derroteros.
Esta juventud de Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía
de Ceuta debe ir reemplazando a esos que llevan tantos años
sin apearse de los puestos más altos y que vienen siendo los
que emulan a personajes del anterior régimen, del que tanto
critican y criticaban.
Hamed dice que intenta “construir un futuro para todos y
reconstruir la degenerada actividad política de esta
ciudad”. Estoy de acuerdo con ella, pero para esa labor que
propone, lo primero que tendría que hacer es forzar la
situación para que desaparezcan de la escena del
Ayuntamiento, todos esos veteranos que conocemos, desde hace
tiempo, que llevan ahí desde hace muchos años, y cada uno
con “su palmarés” que, en la mayor parte de los casos sería,
cuando menos, discutible, especialmente en aquellos que la
actividad se ha dado y se viene dando unida a la mentira o a
los engaños diarios.
Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía de Ceuta trata de
“construir un futuro para todos y reconstruir la degenerada
actividad política de esta ciudad”, por lo que la gran
mayoría de los que integran esta nueva formación política
llegan a este terreno:”impulsados por los verdaderos cambios
que los poderes públicos se están negando a poner en
marcha”.
Todo lo nuevo hay que acogerlo con ilusión, aunque también
con reservas, hasta que se vea por donde van a caminar, y
eso que Fátima Hamed, hasta ahora, ha ido por el camino
recto y cuando no le gustó lo que se hacía, desde arriba, y
le gustaron menos, aún, las formas de actuar de sus propios
“compañeros de viaje”, supo tirar por el camino del medio,
siempre con dignidad.
Ahora, por encima de todo, hace falta que esa dignidad siga,
de la misma forma, con lo que ya tendríamos otro grupo más
de los que trataría de restar, ya veremos cuantos, votos a
las mayorías aplastantes del PP, que no benefician en
absoluto la marcha en la ciudad.
Se dice, desde Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía de
Ceuta, que en este partido “lo importante es que hay
personas con principios y valores, honradas y trabajadoras,
desde muy jóvenes hasta otros que no lo son tanto y que
creen en el futuro de Ceuta, que van a trabajar con todas
sus fuerzas”.
Los principios son buenos. El campo que tienen por delante
será positivo si saben lo que ellos tienen y si se
aprovechan de los muchos fallos de los adversarios.
Me parece muy acertada la salida a escena de este nuevo
partido, pero lo que no me gustaría es que fuera un grupo de
relleno, de salir por salir. Hoy, más que nunca, el panorama
se presenta idóneo para los grupos que no tienen nada que
ocultar.
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