Un año más, los ceutíes acudieron
a la cita familiar y con los amigos que constituye el Día de
la Mochila. Eran miles las personas que el sábado se dieron
cita en la zona de García Aldave, con enclaves como la pista
de Tiro de la Legión, los merenderos de Isabel II
Calamocarro, el Fuerte de Aranguren o la pista La Lastra
llenos de vehículos, autocaravanas, tiendas de campaña y
personas, muchas personas, casi cinco mil, según los datos
barajados
Esto viene a demostrar que en Ceuta se continúa con las
tradiciones y eso, aparte de fortalecer la identidad de la
ciudad, es bueno porque así se va transmitiendo de
generación en generación las tradiciones, no perdiéndose
estas.
Comentarios sobre este asunto os hay para todos los gustos y
en el campo, muchos de los que estaban venían a decir que
con la marcha de algunos a la playa, la celebración del Día
de la Mochila está perdiendo su verdadero encanto.
Sea como fuere, lo importante es que se siga con la
tradición, que según explicó el presidente de la Ciudad,
Juan Vivas, arranca a principios del siglo XX.
Una apuesta decidida por los valores permite que la
metrópolis siga manteniendo esas costumbres, y por ende,
patrimonio popular, al igual que pasa en muchas poblaciones
de su radio de acción, como pudiera ser Algeciras y su
conocida festividad de Tosantos.
Este sábado fue un día grande para Ceuta, uno de esos que
cuando una persona lo vive por primera vez, lo recuerda ya
para toda la vida y lucha para que la costumbre siga viva.
García Aldave estaba imponente, las playas de Benzú y
Benítez también, aunque tampoco hay que olvidar, aunque con
una asistencia bastante menor, el Hacho. A primeras horas de
la mañana ya estaban las familias haciendo sus
instalaciones, por ejemplo, junto al Castillo del
Desnarigado.
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