Ahorro. Con este concepto
justificó recientemente el Gobierno de la Ciudad su gestión
en el transporte de los fangos de la EDAR, argumentando que
parar la Estación hubiera conllevado un gasto superior a los
300.000 euros. Y en el ahorro basó también ayer su discurso
el consejero de Medio Ambiente, ya que una vez se adjudique
el contrato licitado para la gestión del ‘prensado y
transporte’ del cartón a la península, esta pasará a costar
“cero euros” a la Administración.
En ambos casos el ahorro esgrimido por el Gobierno es un
hecho cierto e irrefutable, pero ese no es el fondo de
asunto. Tampoco lo es si la empresa denunciante tiene los
certificados como gestor de residuos no peligrosos como el
cartón o no. O si no ha cumplido las exigencias de Fomento
para cambiar de titularidad la empresa. La polémica surge
por una falta de previsión alarmante por parte de la
Administración, que impide que una vez finalicen ciertos
contratos ya estén redactados los pliegos de condiciones
para decidir los nuevos adjudicatarios, retrasándose incluso
más de año y medio la nueva licitación. Y la polémica
aumenta aún más si, aprovechando que el Pisuerga pasa por
Valladolid, se ven beneficiadas ciertas empresas en
perjuicio de otras.
Como el valor en la mili, en política la honradez se
supone... pero cada vez cuesta más demostrarla. O que el
electorado te crea. Porque la clase política está manchada y
es verdad que pueden pagar justos por pecadores. Por eso no
sólo hay que ser honrado, también parecerlo.
¿Tráfico de influencias o conspiración y difamación pública
en períodos preelectorales? Eso juzguenlo ustedes.
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