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					Agustito, como peces en el agua. Durante años, en el peor de 
					los casos durante lustros, han ocupado cargos públicos. 
					Lenguaraces que disfrazaban su realidad para sentirse 
					poderosos; enmascarando su existencia con sutilidad en sus 
					palabras.  
					 
					Rabia, indignación, impotencia ante la falta de ética, ante 
					la podredumbre que encharca a nuestras instituciones, ante 
					la supuesta corrupción que nos hemos encontrado en el 
					camino, ante la cinismo de nombramientos en cargos de alta 
					responsabilidad a individuos con escasa catadura moral, que 
					según se desprende de los procedimientos judiciales abiertos 
					y siempre supuestamente, se han dedicado a jugar a los 
					porcentajes, que abrían cuentas en paraísos fiscales, y todo 
					mientras la realidad de los españoles se estaba escribiendo 
					con crespones negros. 
					 
					Día tras día descubrimos más detenciones y más escándalos de 
					sospechado enriquecimiento indebido. Gürtel, EREs, Familia 
					Pujol, Bankia y sus tarjetas que han llegado a sumar 15,5 
					millones de euros, y para rizar el rizo, el pasado lunes nos 
					desayunábamos con estupor la llamada Operación Púnica, con 
					un supuesto agujero de 250 millones de euros. Hasta el 
					momento, se han producido 51 detenciones, 259 registros y 
					400 requerimientos a entidades bancarias y compañías de 
					seguros, además de 30 embargos preventivos. ¿Hasta cuándo? 
					¿Qué fe nos queda en el sistema?  
					 
					El pueblo español ya está muy cansado de tragar y aguantar 
					chaparrones después de que nos hayan “recortado” hasta el 
					paraguas. Aquí ya no hay colores sino un pueblo que ha 
					estado sufriendo el “supuesto latrocinio” que apunta a 
					políticos, a sindicalistas, a empresarios, a entidades 
					financieras.... Los españoles estamos hasta las mismísimas 
					narices de esta tomadura de pelo y hasta salva sea la parte 
					de permanecer callados ante tanta desvergüenza. Ahora mismo, 
					España es un país en el que a muchos de nosotros nos han 
					quitado el futuro, la ilusión y la esperanza de seguir 
					luchando. ¿Y cuál es la solución, pedir perdón? ¿Un perdón 
					de arrepentimiento o de intento de impulso político, que 
					todavía sería peor? No señores, no. Eso es como mofarse del 
					ciudadano. ¡Asuman sus responsabilidades! Esos individuos 
					detenidos fueron nombrados dedocráticamente por las cabezas 
					visibles de un partido, no vayamos ahora a pensar ahora que 
					pasaron unas oposiciones para ir en listas electorales, 
					porque recordemos que en España se votan listas electorales 
					cerradas y elegidas por las cúpulas del partido de turno.
					 
					 
					¿Confianza en los políticos, en las instituciones? Hay que 
					estar sordos para no escuchar el clamor de la calle. “Cuando 
					huelen las alcantarillas se limpian, no se tapan”. Sanear el 
					país. Mirar con lupa las cuentas de todas las instituciones, 
					de las Comunidades Autónomas, Diputaciones, Entidades 
					Locales, Ayuntamientos, Organismo Públicos, y todo ese largo 
					etcétera. Y hay que investigar dónde está ese dinero ¿en 
					Suiza, en Liechtenstein, en Andorra, o puede que en 
					Gibraltar? ¡Que no se olviden de Gibraltar! 
					 
					Estamos hartos de tantos recortes, de subidas de impuestos, 
					de bajada de sueldos, de mucha pero que mucha austeridad 
					hasta en Sanidad, mientras otros se estaban dando la vida 
					padre. Hace unos días, el presidente del CGPJ declaró: “El 
					Código Penal está hecho para los robagallinas, no para los 
					grandes defraudadores”. La pregunta es, ¿serán juzgados? 
					¿Quedarán impunes? 
					 
					Se hace completamente necesario una regeneración democrática 
					ya. Establecer realmente una división de los tres poderes 
					públicos y que el poder judicial sea independiente a la 
					política, nada de cuotas de partidos. Una nueva ley de 
					partidos y una nueva ley electoral. Una ley de transparencia 
					y que los corruptos acaben en la cárcel devolviendo todo lo 
					que se hayan llevado, y si no lo devuelven que se les 
					incauten sus bienes.  
					 
					Recuerdo aquel día en el que la señora Cospedal estuvo 
					sembradísima al afirmar “si un Presidente tuviera cuentas en 
					Suiza, yo habría tenido que dimitir”. Pues eso señora, usted 
					misma. Y recuerden señores políticos “Tampoco culpes a 
					nadie, porque fundamentalmente tú has hecho lo que has 
					querido cuando poseías el poder. Estarás obligado a aceptar 
					la responsabilidad de tu fracaso”. 
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