A cada uno hay que darle lo suyo y
desde Ceuta o desde Melilla, salvo los “vende patrias”, hay
que estar de acuerdo con el presidente del Gobierno, Mariano
Rajoy, por haber dado la cara y afirmar, en el Senado, que
las llamadas “devoluciones en caliente” se ajustan a toda la
legislación internacional, para este tipo de situaciones.
Aquí, únicamente, caben las dos opciones que mantiene el
presidente Rajoy, una primera que se abran las puertas y
entre todo el que llegue, para invadir toda Europa, o una
segunda solución que es la que hay que mantener:”defender el
propio territorio”.
Y es que todo lo demás son parches, todo lo demás es
“progresía barata”, en esa preocupación por los que vienen
de fuera, que no se puede saber quienes son, a qué van a
venir y cual es su “currículo” tanto político, como
sanitario, desde su lugar de origen.
No más alternativas y en el caso de ejercer una política de
puertas abiertas y que todos esos inmigrantes se colocaran a
las mismas puertas del Parlamento Europeo, ya veríamos qué
es lo que nos iba a decir la Unión Europea, además de que el
propio Gobierno de España tendría que dar unas explicaciones
que nadie íbamos a admitir, si en esa invasión, un día
cualquiera, aparecieran, a la misma hora, mil “inmigrantes”
a las puertas de la Catedral de Burgos y otros setecientos a
las mismas puertas de las Cortes de Castilla-León. Es lo que
hay, por mucho que se predique y se hagan cientos de
reuniones o manifestaciones, ante el freno de esas oleadas.
Por encima de todo está, por parte del Gobierno, la
obligación de custodiar y controlar las fronteras.
Y parece que es muy “bonito”, para algunos “plausible”, la
postura de ACNUR, tratando de estar “en la procesión y
repicando”, al mismo tiempo.
Lo de ACNUR es de aurora boreal, cuando rechaza estas
devoluciones con unos argumentos que, sobre el papel, pueden
valer, pero en la práctica no hay por donde cogerlos, esto
es lo que manifiesta ACNUR:” rechazar esta nueva práctica,
por dos razones: en primer lugar, porque todas las personas
que están buscando protección deberían tener la oportunidad
de ser escuchados”. En segundo lugar “porque hoy día la
mayoría de las personas que intentan alcanzar la Unión
Europea huyen de países en conflicto y donde se violan los
derechos humanos”.
ACNUR olvida que acoger a cuatro o cinco mil personas puede
ser posible, según donde, pero que acoger a varios millones
de inmigrantes ilegales acarrea un problema mayor para quien
los reciba, y no estamos para solucionar problemas de otros
y crearnos nuevos problemas a nosotros mismos.
Es más ACNUR mira para otro lado y no pone cara a quienes
son los organizadores de esas desbandadas, auténticas mafias
que trafican con las personas a las que quieren “colocar” en
Europa.
Aquí eso de buenas palabras, de hablar de acogida es muy
“progre”, ver lo que hay, por detrás, les podría ocasionar
más problemas.
Porque, en el fondo, es Europa la que ha organizado, tan
mal, la descolonización, porque ha sido ella la que encendió
el fuego, entre las diversas etnias, al haber troceado
África con una regla, un compás y un cartabón,mezclando
etnias enemigas de siempre, cortando territorios por donde
no había que cortarlos y haciendo un mapa, totalmente,
irreconocible con el enemigo en casa, por cualquier parte.
Rajoy ha conocido el problema y, de momento, da la cara
donde la tiene que dar, en el Parlamento, que es donde hay
que encontrar las soluciones a los problemas que van
surgiendo. Todo lo demás son palabras huecas.
|