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					El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, 
					cifró en 17.000 los intentos de entrada por la valla 
					fronteriza de Ceuta y Melilla en lo que va de 2014, al mismo 
					tiempo que señaló que en lo que va de año alrededor de 2.000 
					inmigrantes han entrado en Melilla mediante saltos a la 
					valla, el doble que en 2013. 
					 
					Así lo ha detallado Francisco Martínez durante su 
					comparecencia en el Congreso de los Diputados, donde ha 
					insistido en que el Gobierno de Mariano Rajoy debe seguir 
					trabajando para dotar a las fuerzas y cuerpos de seguridad 
					del Estado de un marco jurídico que proporcione y dé mayores 
					garantías ante esta situación de “extraordinaria presión 
					migratoria y complejidad”. 
					 
					A su juicio, el fenómeno de la inmigración irregular sólo 
					puede abordarse como una cuestión de Estado y la respuesta 
					de este desafío debe conjugar distintas sensibilidades, 
					ponderar la solución que desde el Estado de Derecho debe 
					darse a situaciones de “enorme complejidad”, con una 
					“innegable” dimensión humanitaria, junto a la 
					responsabilidad de proteger a las fronteras. 
					 
					Martínez ha puesto en valor que millones de seres humanos 
					ponen en riesgo su propia vida en busca de un futuro mejor 
					como consecuencia de distintas circunstancias, como la 
					pobreza endémica del continente africano. 
					 
					Eso sí, ha recordado que hay que conseguir el “difícil 
					equilibrio” entre la obligación legal de custodiar las 
					fronteras y el deber de respetar los derechos fundamentales 
					de los flujos migratorios, a pesar de que se trate de vías 
					ilegales. 
					 
					Rigor jurídico 
					 
					En este punto, destacó que la Ley de Extranjería da 
					respuesta con rigor jurídico a situaciones derivadas de la 
					irregularidad de la entrada, estancia o permanencia de 
					España, con procedimientos administrativos como la 
					inadmisión, la devolución o la expulsión con sus 
					corresondientes garantías. 
					 
					En las fronteras de Ceuta y Melilla, donde se concentra 
					mayor desigualdad del mundo, a diferencia de otras 
					fronteras, Martínez dijo que se plantea la necesidad de 
					evitar entradas ilegales muchas veces violentas o masivas. 
					 
					“Creo que no podría esperarse nunca de un Estado que 
					asistiese impasible a actos que vulneran la legalidad 
					fronteriza y por extensión de la UE y que no podría 
					defenderse nunca, más allá de los componentes humanitarios 
					del debate, que existe un derecho a entrar de manera 
					irregular en un Estado”, recordó. 
					 
					Así, insistió en que la actuación de la Guardia Civil y de 
					las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, en 
					cumplimiento de la ley, al rechazar en la frontera a 
					aquellos que quieren entrar de forma ilegal, “goza de plena 
					cobertura jurídica”. 
					 
					“A veces esa acción de rechazo supone hacer frente a asaltos 
					violentos, movidos por la desesperación, que sólo pueden 
					abortarse eficazmente mediante acciones de convulsión física 
					sobre las personas presididas siempre por los principios de 
					oportunidad, congruencia y proporcionalidad”, remarcó en su 
					comparecencia. 
					 
					Por ello, el secretario de Estado para la Seguridad explicó 
					que, dando prevalencia a la integridad de los inmigrantes, y 
					frente a la búsqueda de una evitación inmediata de un salto, 
					se produce un tiempo de espera hasta que los inmigrantes 
					hayan descendido del vallado para realizar materialmente el 
					rechazo. 
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