Por más vueltas que se le quiera
dar, los problemas que asolan a los polígonos encuadrados en
el Tarajal están enquistado y son años ya, como bien decía
uno de los comerciantes en la reunión de este martes, los
que se vienen arrastrando sin que se llegue a una solución
definitiva. Colapsos, carreras, a veces golpes, y bultos.
Estos últimos que de no regularse van a terminar regulando a
los empresarios allí instalados y sus mercancías, a tenor de
lo dicho por Arturo Santorum, que acudió a la reunión de
comerciantes en calidad de propietario y que terminó
interviniendo en su condición de coordinador del Tarajal.
Este martes, los comerciantes tenían ante sí una decisión
importante que tomar; la de continuar con los auxiliares que
actúan en el polígono y en paso del Biutz, que como se
recordará fueron los que sustituyeron a los conocidos
“plantos” en su momento. Pero sucedió algo que no deja de
sorprender. Los representantes de los mercaderes desvelaron
que en enero habían decidido asumir el coste de cuatro
auxiliares y que, posteriormente, esa cifra se incrementó en
dos más destinados a la puerta Norte. Ahora, cuando la
empresa de seguridad ha enviado la factura, la sorpresa ha
sido que el importe corresponde a los servicios prestados
por dieciséis, incremento que, según el colectivo de
comerciantes, se ha realizado sin consultarle.
Pero ese no es el mayor de los problemas. Los polígonos
asentados en el Tarajal contemplan otros más graves y en
caso de no solucionarlos, la cuestión se puede tornar
complicada. No es bueno, para nada, tener un problema
enquistado eternamente y todas las partes que intervienen
deben sentarse, dejar de poner parches y buscar soluciones
definitivas de una vez. Por el bien de todos.
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