Aunque parezca mentira y ya con
Luis Suárez, en la formación inicial de los catalanes.
Se veía venir, desde hace varias semanas, desde que el
Madrid dio el “meeting” en Donosita, que este Madrid tenía
mucho más de lo que había demostrado a las orillas del
Cantábrico.
Y tuvo que ser en Chamartín, en su campo, donde el equipo
merengue demostrara a sus seguidores que, hoy por hoy, es
muy superior a los catalanes que, desde hace un par de años,
vienen a la baja.
Antes del partido había cierta expectación por ver qué
pasaba si el argentino Messi igualaba o superaba la cantidad
de goles marcados por el gran Telmo Zarra. Al final no hubo
lugar a nada, porque el argentino no marcó y ahora es
posible que Teba, presidente de la Liga de Fútbol
Profesional, se tenga que inventar otra gilipollez para él
estar en candelero y aquel otro que él marque situarse en la
diana.
Dejando de lado la “memez” de Teba, lo cierto es que el
Barcelona fue otro Barcelona, a años luz del de hace cuatro
años. Y es que el tiempo pasa para todos y los Xavi o los
Iniesta, son una sombra de lo que fueron, el uno porque ya
ha pasado con creces de la treintena y ahora ya está
gastado, mientras que el otro ha terminado ya con las rentas
del gol aquel del Mundial de 2010.
Luis Suárez era la verdadera incógnita ¿Qué hará?. ¿Estará a
tono?. Eran las preguntas que se hacía el personal, y hacer
no hizo nada o muy poco, además de que eso de estar a tono
parece que de momento es una ilusión, sin más, con lo que a
los seguidores del Barcelona les queda la esperanza de que
se pueda poner a su altura, ya veremos cuando, puesto que
hoy dista mucho de estar a tono con lo que él es y puede
volver a ser. Ahora mismo está sin sitio y sin haberse
enterado, todavía, de cómo juega su equipo.
Visto lo visto, con la portería que llegó a Madrid sin haber
encajado un gol y se fue con tres “roscos” en el “talego”,
todas las flechas apuntan ahora al entrenador que ha pasado
en pocas horas de ser un “semi-dios” a ser el auténtico
culpable de la derrota.
Para mí, que no tengo una especial simpatía, ni antipatía,
por Luis Enrique, el entrenador tendrá su parte de
responsabilidad, pero los que no dieron la talla en el
terreno de juego fueron los jugadores que parecían, más que
figuras, jugadores de medio pelo.
Las semanas venideras se presentan interesantes, porque el
equipo catalán ha mostrado sus puntos débiles y esos puntos
débiles son muchos, con lo que el cuerpo técnico ahí va a
tener que hacer mucho trabajo, desde ahora, para que Neymar,
el jugador que nunca se sabrá lo que ha costado y que fue el
único que demostró algo en Chamartín, Messi y Luis Suárez
formen, de verdad, esa línea atacante terrorífica.
En sólo dos encuentros, en París y en Madrid, el Barcelona
ha puesto de manifiesto sus puntos débiles, débiles ahora,
de aquí en adelante eso se tendrá que y se podrá corregir,
no sé si con las indicaciones de Luis Enrique “desde el
andamio” o con la entrada “a dentellada viva” de Luis Suárez
a quien, en casa, le podrán admirar pero fuera va a sufrir
“los clavos de Cristo” en todos los campos en los que sea
alineado.
Y como cada uno tiene que ir por su sitio y “ a cada cerdo
le llega su San Martín”, en este caso fue el central Piqué
el que dio la nota más negativa, siempre “fuera de cacho”,
muy alegre fuera del campo y fallón en su defensa, con lo
que salió del campo tocado, muy tocado y ya veremos si el
técnico tiene “...” para quitarle de la alineación.
En definitiva, el 3-1 encajado por el Barcelona indica,
especialmente, la falta de “mordiente” de los catalanes y
eso que ya contaban con Luis Suárez.
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