Fue más ruido que otra cosa. El campamento de ciudadanos
sirios vio perturbada la tranquilidad en la noche del
viernes, cuando una persona se dirigió a la zona y retiró,
sin motivo alguno, una bandera que los sirios tenían ubicada
en un lateral de la valla de obra que protege la iglesia de
San Francisco.
Como es lógico, la acción indignó a los ciudadanos de esta
nacionalidad, que hace pocas fechas también sufrieron otro
altercado durante el pasado fin de semana, cuando un
individuo, que fue detenido, apuntó a uno de los acampados
con una pistola simulada en la cabeza con la intención de
robarle
Los sirios salieron en tromba, recriminando a la persona que
retiró la bandera y que, según testigos presenciales, la
depositó en un papelera.
Dos dotaciones de la Policía Local, así como una de la
Nacional se presentaron en el lugar de los hechos,
restableciendo el orden y no pasando el asunto a mayores.
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