En el intento de buscar una vida digna, de saltar franjas y
vallas por ser ‘’libres’’, vencen el miedo a sufrir, porque
no hay peor sufrimiento que el estar días sin comer e
intentamos llenar el estómago de alimento. Eliminar
cualquier sensación de sed, de la nuestra y la de nuestros
padres, hijas y hermanas.
La avaricia humana, ese gran defecto de ser humano, es la
que nos ciega con miedo a cosas tan insignificantes que, la
más pura y dura realidad la desconocemos,es el hambre.
Porque en 1,2,3,4,5 segundos muere de hambre una persona en
los países más necesitados y pobres.
En 5,6,7,8 horas el rico se hace más rico.
Los y las que consideran que cuando una persona salta una
valla y es un nuevo problema para la sociedad, les digo que
para los que saltan es la puerta a la solución de sus vidas,
algunos dejan atrás miedos, otros se esperanzan en cambiar
su destino. Saborean la libertad, como cualquiera de los que
estáis leyendo os gusta saborear. Acostumbrados a una
democracia, a unos derechos, ¿por qué no conseguimos que en
sus países de origen también la saboreen su familia y
paisanos? ¿és tan difícil que la UE cree un vínculo con
estos países? Como digo la UE nombro a todo aquel país que
necesidades no tiene tanto como estos que hago referencia.
He repetido hasta la saciedad que TODOS Y TODAS NACEMOS
IGUALES y que nadie, NADIE ES ILEGAL. Es la sociedad que
marca fronteras y la diversidad se convierte en una gran
desconocida para muchos/as.
Asignatura pendiente: El hambre
Este mundo no promociona. Hasta que este término
desaparezca.
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